Un pequeño pelotazo. Esto es lo que esconde la una iglesia de Barcelona con el proyecto de tanatorio en la zona alta de la ciudad, que ha sublevado a los vecinos de Sant Gervasi. El párroco que proyecta el velatorio espera que la obra pague una remodelación total de su templo, uno de los que más donativos mueve de la Ciudad Condal.
Lo han explicado fuentes cercanas al plan, que han aportado más datos de la futura sala de vela en la parroquia Verge de la Pau. Explican que la idea de equipamiento funerario es del padre Anton Maria Llopart, que hace apenas dos años que ha llegado a la zona, sustituyendo al religioso Manel Claret, muy querido en el barrio. "Abrir un tanatorio en la zona serviría para remodelar toda la parroquia, que ha quedado envejecida. La rehabilitación prevé un nuevo altar, el traslado del baptisterio y la renovación de la virgen, entre otros", explican. Ello es importante porque en Verge de la Pau hay patrimonio, como las cristaleras de Joan Vila-Grau, que firmó también parte de los interiores de la Sagrada Familia.
Párroco polémico
La reforma puede ser muy necesaria, pero el proyecto que lo pagará no gusta a los vecinos. Éstos, de hecho, han interpelado directamente al Obispado de Barcelona para que interceda y pare un plan que mosén Llopart quiere acometer sí o sí. "Dicen que no tienen aún el proyecto. Mienten. Es cierto que es un anteproyecto, pero ha habido contactos con el ayuntamiento para cuestiones, por ejemplo, de movilidad. De hecho, es el gobierno municipal quien les dijo que la entrada debería ser por la plaza de Ferran Casablancas y no por la calle Alacant, que es demasiado estrecha".
No ha sido la única cuestión que ha aterrizado sobre el despacho de Juan José Omella, obispo metropolitano. El también presidente de la Conferencia Episcopal debe lidiar con el enfado de los feligreses de Sant Gervasi, que afean al nuevo cura que no convoque asambleas parroquiales, no celebre comisiones de liturgia, haya suspendido los finales de curso, quitado la hoja parroquial o el llamado sopar de llenties, las cenas solidarias para recaudar fondos para repartir alimentos. "La Iglesia es comunidad, pero es que este vicario viene, se encierra en su despacho y ni sale. La parroquia está patas arriba, cuando era de las cinco mejores de Barcelona", han lamentado fuentes conocedoras.
El nuevo tanatorio divide al barrio
Además de la corriente de malestar sobre la gestión del diputado eclesiástico, está la cuestión de la división de los fieles. "Los vecinos de la plaza [Ferran Casablancas] están radicalmente en contra del proyecto. Hay un bloque que está pared con pared con la parroquia. Imagínate qué pasaría con el valor de sus viviendas si están todo el día entrando coches fúnebres", han lamentado voces conocedoras del conflicto. Hay otros vecinos partidarios del nuevo equipamiento funerario. Pero la falta de diálogo ha envenenado las relaciones comunitarias. Este medio ha podido acceder a mensajes de Whatsapp con reproches cruzados entre residentes de la zona.
Más consenso hay en otra de las zonas en las que se proyecta un nuevo tanatorio en Barcelona: Sants. En este caso, la mayoría de vecinos y partidos políticos se oponen a la inversión privada en la antigua fábrica modernista Germans Climent. La obra, que promueve la desconocida Funeraria San Ricardo, vinculada al fabricante de productos funerarios Hygeco España, ya ha sorteado dos trámites: un primer permiso urbanístico y los informes de la Generalitat de Cataluña. Ha recalado la intervención sobre el despacho de Janet Sanz, teniente de alcalde de Barcelona. Si ésta le da el visto bueno, a los contrarios les quedaría solo la vía contenciosa.