Esta es la única comunidad benedictina femenina de Cataluña que reside en el mismo lugar donde nació en el siglo XI, el Monestir de Sant Daniel

Esta es la única comunidad benedictina femenina de Cataluña que reside en el mismo lugar donde nació en el siglo XI, el Monestir de Sant Daniel WIKIPEDIA

Historia

Esta es la única comunidad benedictina femenina de Cataluña que reside en el mismo lugar donde nació en el siglo XI

Las monjas residen en un convento de Girona catalogado como Bien Cultural de Interés Nacional (BCIN) 

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La Iglesia católica tiene una difícil relación con las mujeres. Siempre con una visión abnegada y entregada de ella, a pesar de aceptar monjas en sus congregaciones, ninguna puede ser Papa no ocupar un cargo de máxima responsabilidad.

A pesar de todo, siempre ha habido grupos de monjas cuyo peso ha trascendido todas esas barreras. Una de esas órdenes, se encuentra en Girona.

Allí, se erigen unos muros de piedra que han soportado el peso de casi un milenio, mientras las campanas marcaban la oración. Se trata de un recinto monástico que aloja, desde hace casi un milenio, a la única comunidad benedictina femenina de Cataluña que reside en el mismo lugar donde nació.

Lo hace desde hace más de mil años, tiempo en el que se fundó el Monasterio de Sant Daniel, en el mismo valle de la ciudad que le da nombre.

Historia milenaria

Todo empezó a principios del siglo XI. Ermessenda de Carcasona, condesa de Barcelona, Girona y Osona, impulsó la creación de este espacio religioso para acoger a una comunidad de monjas benedictinas.

El templo se levantó en el lugar donde, según la tradición, se encontraban los restos de San Daniel. A pesar de no haber evidencias, se dice que allí hubo un eremita donde fue martirizado y  cuyos huesos fueron descubiertos en el valle.

Una orden particular

El lugar devino punto de peregrinación local y un centro de devoción. El Monasterio de Sant Daniel había nacido. Las monjas benedictinas se trasladaron a vivir allí y, desde entonces, no han abandonado el templo.

Allí siguen la Regla de San Benito y entregan su vida a la contemplación y a la vida comunitaria.

Exterior del monasterio de Sant Daniel

Exterior del monasterio de Sant Daniel MONESTIR DE SANT DANIEL

El templo se construyó según la arquitectura de la época. Conserva una estructura esencialmente románica, aunque con ampliaciones y reformas góticas realizadas a lo largo de los siglos.

La iglesia, de una sola nave con transepto y ábside semicircular, brilla con sus capiteles ornamentados, que muestran motivos vegetales y simbólicos. Los arcos lombardos, visibles en el exterior del ábside, transmiten la fuerza de la arquitectura medieval.

Cómo es el monasterio

El claustro, uno de los espacios más destacados del conjunto, combina dos etapas constructivas. La parte inferior, del siglo XII, presenta arcos de medio punto sobre columnas geminadas, mientras que la parte superior, añadida en el siglo XV, incorpora arcos apuntados de estilo gótico, creando un diálogo arquitectónico entre épocas.

Este espacio servía de lugar de meditación y reunión para las monjas y hoy puede visitarse parcialmente.

Qué se puede visitar 

Además de la iglesia y el claustro, el monasterio incluye el refectorio, la sala capitular, las celdas y otras dependencias monásticas.

Aunque algunas zonas permanecen cerradas al público por ser de uso privado de la comunidad, otras pueden recorrerse en visitas guiadas o durante jornadas culturales.

Pero sin duda, la joya del lugar es el sepulcro de San Daniel, ubicado en la iglesia del monasterio. Se trata de una tumba de alabastro policromado realizada hacia 1345, que representa escenas de la vida y el martirio del santo.

Atribuida al taller de Aloi de Montbrai, uno de los escultores más destacados del gótico catalán, esta obra es considerada una de las piezas funerarias más importantes del arte medieval en Cataluña y un testimonio del refinamiento artístico de la época.

Patrimonio 

Su importancia arquitectónica es tal que el Monasterio de Sant Daniel está catalogado como Bien Cultural de Interés Nacional (BCIN) por la Generalitat de Catalunya. Asimismo, forma parte de la red del románico catalán y es un referente imprescindible del patrimonio religioso medieval.

Además de su relevancia arquitectónica y artística, el conjunto representa un ejemplo excepcional de vida monástica continuada y de preservación del legado histórico en Cataluña.

Una comunidad milenaria

Uno de los hechos que hace más importante el templo es que, a diferencia de la mayoría de monasterios medievales, Sant Daniel nunca fue abandonado ni secularizado.

El monasterio resistió la desamortización de Mendizábal en el siglo XIX y los periodos de guerra, incluyendo los asedios napoleónicos y la Guerra Civil. Siempre ha mantenido su función religiosa y su continuidad comunitaria a lo largo de los siglos.

Claustro del Monestir de Sant Daniel

Claustro del Monestir de Sant Daniel MONESTIR DE SANT DANIEL

Sus defensoras y garantes siempre fueron mujeres. La comunidad de monjas benedictinas ha estado aquí más de mil años manteniendo las tradiciones de oración y trabajo que han caracterizado la vida en Sant Daniel desde su fundación.

Ellas no se han dedicado sólo a la vida contemplativa. Elaboran productos artesanales, como dulces, mermeladas y objetos religiosos, que se pueden adquirir en el propio recinto, contribuyendo así a la economía y a la preservación de la comunidad. Una razón más para acercarse.

Cómo llegar

Basta con coger el tren hacia Girona. Servicios de AVE y Media distancia llegan hasta la ciudad. El primero tarda 37 minutos, el segundo supera la hora y cuarto desde Barcelona. Eso sí, desde la estación hay media hora a pie hasta el Monasterio de Sant Daniel.

En coche se puede aparcar más cerca del templo. Se tarda una hora escasa en llegar. Se trata de ir por la AP-7 tomar la salida Girona Sud o Girona Nord y dirigirse hacia el centro de Girona. Una vez allí sólo hay que seguir las indicaciones hacia la comunidad benedictina.