La iglesia de Santa Cecília de Montserrat

La iglesia de Santa Cecília de Montserrat WIKIPEDIA

Historia

El secreto mejor guardado de Montserrat se encuentra en esta iglesia románica: restaurada por Puig i Cadafalch

Esta ermita se ha convertido en un centre cultural y galería de arte

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Montserrat es una de las montañas más conocidas de Cataluña, si no la que más. El tipo de formación rocosa, la idea de que un día estuvo bajo el mar y la leyenda del Timbaler del Bruc que asustó a las tropas napoleónicas le dan un halo de misterio que la ha hecho famosa.

Allí, en lo alto del monte se encuentra también una gran abadía donde se guarda la imagen de la virgen que lleva el mismo nombre. La Moreneta es también la estrella del lugar y una de las santas más queridas de la comunidad autónoma.

Con toda esta mística es normal que acapare tanto protagonismo, pero la misma montaña esconde otra iglesia. Un pequeño gran templo milenario que poca gente visita, pero cuya belleza conmueve. No en vano, el mismo Puig i Cadalfach decidió ayudar en su remodelación a principios del siglo XX.

Su nombre es Santa Cecília de Montserrat, una iglesia románica del siglo X. Una fecha qu indica que, ya hace más de 1.000 años que esa montaña tiene relación con lo sagrado. 

Fechas clave

De hecho, Santa Cecília fue el primer monasterio benedictino establecido en la montaña de Montserrat. Fue En el año 945.

Su impulsor fue el presbítero Cesari, con el apoyo del conde Suñer I de Barcelona y la condesa Riquilda. No tardó en obtener la protección papal y episcopal, y en 957, la iglesia fue consagrada oficialmente.

Un rincón románico

Durante la Edad Media, Santa Cecília tuvo una vida monástica intensa, aunque no exenta de conflictos. En el siglo XI, se vio envuelta en una disputa con el poderoso monasterio de Ripoll, y en 1108 fue temporalmente absorbida por el monasterio de Sant Cugat del Vallès

No fue hasta cuatro siglos más tarde, en 1539, cuando pasó a depender del cada vez más influyente monasterio de Santa Maria de Montserrat. Esta unión, por eso, le sacó el peso que tenía hasta entonces, iniciando un lento declive que culminó en el siglo XIX.

Santa Cecília de Montserrat

Santa Cecília de Montserrat PATRIMONI DE CATALUNYA

De Napoleón a Puig i Cadafalch

Un momento clave se dio en la famosa Guerra del Francés (1811–1812). Las tropas napoleónicas incendiaron y saquearon el edificio, dejándolo prácticamente en ruinas. Por suerte, el abad Miquel Muntadas, en 1862, impulsó una primera reconstrucción que salvó el conjunto de la desaparición total. 

Pero sería décadas más tarde cuando Santa Cecília renacería con nueva fuerza, gracias a la intervención de uno de los grandes arquitectos catalanes del modernismo. Entre 1928 y 1931, Josep Puig i Cadafalch arquitecto, historiador y una de las figuras clave de esta corriente arquitectónica, dirigió una restauración profunda de la iglesia. 

Intervención modernista

El creador de la Casa Amatller, intervino de manera muy discreta. Respetó la estructura románica original e introdujo elementos neorrománicos con una sensibilidad casi arqueológica. Así se parecían ventanas bíforas, un pórtico reinterpretado y una nueva fachada que se integra con discreción en el paisaje montañoso.

La voluntad del arquitecto era devolver a Santa Cecília su dignidad como espacio espiritual y cultural. Para ello, Puig i Cadafalch trató de mantener el equilibrio entre autenticidad y funcionalidad, dejando uno de sus trabajos más sobrios y menos conocidos, pero también más respetuosos con el pasado.

Vista de Santa Cecilia

Vista de Santa Cecilia BAGES TURISME

Aunque se han perdido muchas de las dependencias monásticas originales, el conjunto sigue transmitiendo esa mezcla de fortaleza y aislamiento que caracteriza a los antiguos prioratos de montaña.

Cómo es la iglesia

La iglesia presenta una planta basilical de tres naves, cada una culminando en su correspondiente ábside semicircular. La nave central, más elevada, está cubierta por una bóveda de cañón, mientras que las laterales lo están por bóvedas de cuarto de cañón. Los ábsides, en cambio, se cierran con bóvedas de horno, en el más puro estilo lombardo.

Exteriormente, los ábsides muestran decoración con arquillos ciegos y lesenas, una característica distintiva del románico catalán. Las ventanas son estrechas y alargadas, y en el ábside norte se alza una sencilla espadaña. 

Un espacio para el arte

Con estas características, cambio, pasa desapercibida. Aunque hay voluntad de reivindicar un legado arquitectónico como este. Por ejemplo, en 2015, Santa Cecília vivió un nuevo renacer, gracias al reconocido pintor irlandés-estadounidense Sean Scully.

Con obras en museos como el MoMA de Nueva York o la Tate de Londres, el artista instaló aquí su Espai d’Art Sean Scully, en colaboración con el Museo de Montserrat. Allí hay seis pinturas de gran formato, tres frescos, ocho vidrieras, varias cruces de vidrio y un trasaltar de cristal que se fusionan con el espacio medieval. Desde entonces, el espacio funciona también como sala de exposiciones, lugar de meditación y punto de encuentro para eventos culturales discretos y de profundo calado.

Altar de la capilla de Santa Cecilia

Altar de la capilla de Santa Cecilia

Cómo llegar

Para acercarse allí se debe tomar la autovía A-2 hasta Martorell que enlaza con la C-55 dirección Manresa. A la altura de Monistrol de Montserrat, se toma el desvío a la carretera de montaña BP-1103 que sube a Montserrat. Santa Cecília se encuentra a unos 5 km antes del monasterio principal, señalizada y con zona de aparcamiento habilitada.

Una opción para los que les gusta caminar es tomar la línea R5 de los Ferrocarrils de la Generalitat (FGC) hasta la estación de Monistrol de Montserrat. Desde allí, se puede hacer una ruta a pie de unos 6 km hasta Santa Cecília por la carretera BP-1103. Otra opción es tomar el cremallera hasta Montserrat y luego conectar con senderos o transporte hacia Santa Cecília.