El hotel de carretera de Cataluña que alojó a Dalí y Juan Carlos I: Es el mejor de Lleida

El hotel de carretera de Cataluña que alojó a Dalí y Juan Carlos I: "Es el mejor de Lleida"

Historia

El hotel de carretera de Cataluña que alojó a Dalí y Juan Carlos I: "Es el mejor de Lleida"

La dirección arquitectónica corre a cargo de Lluís Domènech y la decoración es responsabilidad del interiorista barcelonés Ramon Jové

Otras noticias: He pasado muchas veces por delante y no sabía que el arquitecto de este edificio quiso imitar a Gaudí: "Azulejos con diversos motivos marinos"

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¿Quién dijo que Lleida no interesa a nadie? Salvador Dalí, Orson Welles, el rey Juan Carlos I se han pasado por aquí y se han quedado todos en el mismo sitio. Pero ni juntos ni revueltos.

Hace ahora 65 años, la capital del Segrià abría un hotel de nombre aristocrático que fascinó a locales y famosos. Su nombre: Condes de Urgell

Con su apertura, Lleida tenía su gran hotel de lujo. Hasta el 20 de febrero de 1960 la ciudad estaba carente de un establecimiento de alto nivel tras la decadencia del Hotel Palace de Blondel y la proliferación de alojamientos de menor rango. 

Detrás del proyecto había una familia de postín, los Rocafort. Al frente de la empresa Autotractor, decidieron trasladar una gasolinera desde la Avenida de los Mártires a la nueva variante de la N-II, en la prolongación de la Avinguda de Les Garrigues

Un hotel de gasolinera

¿Qué tiene que ver esto con el hotel? La normativa de la época exigía acompañar las instalaciones para repostar con un snack-bar. Pero los empresarios fueron a por más. Antonio Rocafort, junto a sus hermanos Justo, Ramon y Joan, erigió allí un hotel, apoyado por el Ayuntamiento.

La dirección arquitectónica corrió a cargo de Lluís Domènech y la decoración fue responsabilidad del interiorista barcelonés Ramon Jové. El diseño apostaba por materiales nobles: suelos de mármol, madera trabajada, separadores de forja, paredes estucadas y baños equipados con radiadores integrados en los toalleros. 

Estrellas invitadas

La estética, en sintonía con los estándares de la alta hostelería de la época, buscaba diferenciar al Condes de Urgel de la competencia regional. Es decir, quería ofrecer lujo para aquellos que estaban de viaje o de paso.

Poco a poco, el alojamiento fue ganando fama y empezó a atraer a personalidades políticas y a figuras de la cultura y del espectáculo. Entre los nombres que figuran en el registro histórico del establecimiento destacan Salvador Dalí, Orson Welles, Xavier Cugat, Raphael, Alfredo Kraus o Julio Iglesias. 

Alojamiento de reyes

En cuánto al mundo político, ministros y altos cargos del régimen franquista hacían parada habitual allí en sus trayectos entre Madrid y Barcelona. Una presencia recurrente en aquellos años fue la del entonces príncipe Juan Carlos, todavía soltero, que se alojaba en el Condes durante sus visitas institucionales o privadas a la ciudad. 

Si en su día el rey emérito fue recibido personalmente por el director del hotel, Emilià Astudillo, la entonces princesa Sofía también protagonizó una anécdota que se recuerda. En 1963, cuando aún no se había casado con Juan Carlos, inauguró la peluquería del hotel, dirigida por la estilista Maria d’Estivill. La instalación era considerada innovadora para la época y fue un punto de atracción para la clientela femenina de Lleida.

Problemas con la Iglesia

Aunque si por algo era conocido en esa época era por su piscina en la terraza, una instalación poco común en establecimientos urbanos de aquel momento. Claro que la novedad vino con polémica.

El obispo Aurelio del Pino se negó a bendecirla, argumentando que "la piscina es pecado". Pero lejos de ser un problema, se convirtió en un atractivo, hasta el punto de consolidarse como sede habitual de los principales eventos sociales de la ciudad. 

Cambios realizados

Premios como el Urriza se celebraban en sus salones, y su restaurante, con Josep Maria Sanvicente primero y Joan Mujal después al frente de la cocina, llegó a atraer a comensales desde Madrid o Barcelona.

En 1975, el hotel original fue sustituido por un nuevo edificio, justo enfrente del anterior. Ese segundo inmueble, ya cerrado, albergó distintos negocios de ocio como un karaoke, una bolera, una brasería y una discoteca. Sin embargo, fue el edificio original el que dejó huella profunda. Y aún sigue ahí, en activo y con categoría de cuatro estrellas.

Cómo es ahora el Condes de Urgell

El alojamiento cuenta con cerca de un centenar de habitaciones. La estructura, aunque renovada, mantiene su ubicación estratégica cerca del centro de Lleida y conserva su valor como testimonio de una época en la que la ciudad aspiraba a una modernidad que pasaba, también, por su capacidad hotelera.

Eso sí, ya no hay gasolinera, del mismo modo que por allí no se pasan los famosos. Aunque ya se sabe, quien tuvo, retuvo y no está de más de recordar su historia ahora que cumple 65 años. Las reseñas destacan que, si bien,"parece haber vivido tiempos mejores", para muchos sigue siendo "el mejor hotel de Lleida"

Cómo llegar

Quien quiera comprobarlo con sus propios ojos, pueden ir hasta allí en tren. El AVE o Avant llega en una hora a Lleida y el hotel está a 15–20 minutos andando.

En coche, la ruta más directa es por la autopista AP-2 en dirección Lleida/Zaragoza. tomando la salida Lleida Est, que conecta directamente con la Avinguda de les Garrigues, donde se encuentra el hotel. El viaje dura dos horas.