
Fotomontaje Truman Capote y Palamós
No es Cadaqués: el rincón donde veraneó Truman Capote: "Es un pueblo de pescadores, el agua es tan clara y azul como el ojo de una sirena"
El famoso novelista y actor estuvo en la Costa Brava durante tres veranos consecutivos y vivió en varias estancias
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La Costa Brava y la región de Barcelona ofrecen una combinación ideal de privacidad, paisajes mediterráneos y cultura vibrante: playas cristalinas y calas salvajes rodeadas de naturaleza -como las de Cap de Creus o Cadaqués- que permiten desconectar del bullicio urbano y disfrutar de la tranquilidad.
A esto se suma la infraestructura cosmopolita y acogedora de ciudades como Barcelona y Sitges, famosas por su ambiente abierto, tolerante y seguro, con lujo discreto. Con una escena cultural activa y una oferta gastronómica y de ocio de primer nivel que atrae a celebridades internacionales.
El verano de Truman Capote
En el verano de 1960, Truman Capote llegó a Palamós huyendo del bullicio neoyorquino, deseoso de hallar tranquilidad para concentrarse en la escritura de su trascendental obra In Cold Blood (A sangre fría). Se instaló inicialmente en el Hotel Trias, regentado por María Trias, una recomendación del periodista Robert Ruark. El 26 de abril de 1960 llegó acompañado de su pareja Jack Dunphy (y sus dos perros y una gata), marcando así el inicio de una etapa de retiro literario.
Durante su tiempo en Palamós, Capote le escribió una carta a un amigo en la que describía su pequeño oasis literario de la siguiente manera: "Esto es un pueblo de pescadores, el agua es tan clara y azul como el ojo de una sirena".
Durante tres veranos consecutivos -desde 1960 hasta 1962-, Capote regresó a la zona para prolongar su estancia. En total, pasó aproximadamente 18 meses repartidos en cuatro domicilios diferentes: el ya mencionado Hotel Trias, una casa en la playa de la Catifa, un chalet en Sant Antoni de Calonge y un caserón en la cala Sanià.
Según fuentes locales y articulistas, el 1 de octubre de 1962 Capote junto a Dunphy abandonaron definitivamente Palamós rumbo a Verbier (Suiza), cerrando así esta etapa productiva y creativa. Su legado en la Costa Brava es hoy evocado en rutas turísticas literarias, y la casa de cala Sanià ha sido convertida en la 'Residencia Literària Finestres'.

Calles de Palamós
Palamós: un destino costero de Cataluña
Palamós cautiva por su combinación única de naturaleza preservada y ambiente auténtico. Situado en una amplia bahía de la Costa Brava, su litoral presenta arenales tranquilos como la Fosca y calas rocosas llenas de encanto. Tiene zonas ideales para relajarse, practicar snorkel, kayak, paddle surf o incluso bucear rodeadas de pinos y aguas cristalinas que invitan a reconectar con uno mismo.
Además, el reciente proyecto del Camí de Ronda ha realzado este entorno, sumando varios kilómetros de pasarelas y miradores, que protegen el paisaje y permiten contemplarlo sin dañarlo.
Al mismo tiempo, Palamós mantiene un carácter vibrante y cultural pese a su esencia de pueblo de pescadores. Su puerto, el cuarto más importante de Cataluña, no solo es un centro de pesca -famoso por la gamba local- y la náutica, sino que, también, es un punto de encuentro de bares, restaurantes y mercados marineros.
De día ofrece tranquilidad costera, y por la noche, vida animada y gastronomía, creando así un equilibrio ideal para quienes buscan relajación sin renunciar al ambiente estival.
En resumen, lo que hace tan especial a Palamós es su capacidad para unir lo mejor de ambos mundos: un entorno natural espectacular, con calas de postal e itinerarios costeros para explorar, junto con una atmósfera auténtica de pueblo marinero donde la pesca y la cocina local están muy vivas.