La discoteca donde actuó Bad Bunny la primera vez que vino a Cataluña: entradas a 25 euros

La fiebre desatada por Bad Bunny en España era imaginable, pero nadie esperaba que iba a llenar los doce conciertos que va a celebrar en Barcelona y Madrid tan rápido.

El cantante puertorriqueño no solo llena estadios, encabeza las listas globales y cobra hasta 500 euros por una entrada VIP en su gira por Europa. Pero hace menos de una década, cuando el cantante daba sus primeros pasos fuera de su isla, todo era mucho más fácil y barato para su público.

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Algunos todavía no conocían a Bad Bunny cuando se paseaba por Cataluña vendiendo las entradas para sus actuaciones a 25 euros, casi diez veces menos que algunos de los asientos del Estadi Olímpic Lluís Companys. Y, además, con una ventaja, por aquel entonces, el público podía disfrutar de su música a escasos metros, copa en mano.

Eso es lo que sucedió el año 2017 en la discoteca Biloba de Lleida, una de las salas de fiesta más importantes de la capital del Segrià y donde el puertorriqueño dio un concierto que todavía muchos recuerdan.

Bad Bunny en Lleida

Ubicada en el polígono industrial NeoParc de Lleida, esta discoteca supo posicionarse desde sus inicios como uno de los grandes referentes del ocio nocturno de la región. Desde su apertura en 2016, ha sido el escenario de actuaciones memorables, incluyendo, como no, la de Bad Bunny, cuando aún no había publicado su primer disco y era solo una promesa del reguetón.

Con más de 5.500 metros cuadrados, una piscina tipo playa y capacidad para 4.000 personas, Biloba ha aprovechado desde el principio sus espacios cubiertos y al aire libre, permitiendo la celebración de eventos diurnos, nocturnos y temáticos. 

Discoteca Biloba INSTAGRAM

Dimensiones de la discoteca

El recinto cuenta con zonas verdes, food trucks y hasta una piscina que simula una playa. Es por eso que, más allá de las sesiones de DJ y conciertos, Biloba ha organizado eventos solidarios y colaborado con asociaciones locales, reforzando su identidad como espacio comprometido con la comunidad.

Se ha de tener en cuenta que, a nivel de infraestructura, el club cuenta con una zona cubierta de 2.700 metros cuadrados y un área exterior de 1.500 m2, lo que la convierte en una opción versátil para eventos privados y públicos.  

Entradas a 25 euros

No en vano, gracias a la calidad de su sonido, sus fiestas y sus instalaciones ha sido reconocida por la International Nightlife Association como una de las 100 mejores discotecas del mundo en 2018, 2022 y 2023.  Esto le ha ayudado a traer nombres nacionales e internacionales del mundo de la música. Entre ellos a Bad Bunny. 

La primera vez fue una noche de 2017 (y nuevamente en 2018), el cantante actuó en este club con un show cercano, explosivo y con entradas que costaban 25 euros. Un precio que hoy parece ridículo, pero que en su momento marcó una de las primeras conexiones del artista con el público catalán.

Bad Bunny en concierto EP

Primeras visitas a Cataluña

Y no fue el único concierto que durante esos años hizo en Cataluña a un precio asequible. En 2018, Bad Bunny formó parte del cartel del Reggaeton Beach Festival en el Parc del Fòrum, junto a artistas como Daddy Yankee y Karol G. Las entradas, entonces, costaban entre 35 y 50 euros. 

En 2019, daría un paso más en su ascenso al presentarse en el Sónar de Barcelona, encabezando por primera vez el cartel del Sónar Club con temas como Callaíta, Ni bien ni mal y Amorfoda. En ese entonces, el pase de día del festival costaba 79 euros.

Unos conciertos memorables

Si uno lo piensa, las entradas a estos festivales hicieron que la entrada a Bad Bunny fuera prácticamente irrisoria, si se tiene en cuenta que con el precio iban incluidas las actuaciones de otros artistas. Por eso, Biloba se queda con la fama de haberlo tenido en solitario y para ellos solos. 

Es cierto, aquella noche no hubo drones, ni pantallas LED, ni colas interminables para entrar. Solo un artista en alza, una pista llena de gente bailando, y una entrada de 25 euros que hoy se recuerda como una joya para los nostálgicos del reguetón en su estado más puro.