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Historia

La obra más misteriosa de Gaudí en Barcelona: un desconocido experimento para crear su estilo

La zona alta de la ciudad esconde una inspiradora creación del genio modernista

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Todas las obras de Gaudí parecen ser conocidas. Pero hay pequeños trabajos experimentales, iniciales que caen en el olvido. Algún mueble decorativo, una nave industrial o hasta un muro que recuerda al techo de la Casa Batlló.

Son proyectos, encargos, bancos de prueba que sirvió al genio modernista a adquirir su estilo característico y que han quedado eclipsados por sus obras magnas de la talla de la Sagrada Familia, La Pedrera o la Colonia Güell.

Un desconocido proyecto

Uno de esos proyectos enigmáticos es la cerca y el portal de entrada de la Finca Miralles, donde en pleno siglo XXI te recibe el mismísimo Gaudí. Una manera de decir al peatón despistado que preste atención a lo que le rodea.

Situado en en el barrio de Sarriá de Barcelona, a primera vista, uno podría pensar que está es una obra menor, pero en realidad es una muestra de su creatividad y una oportunidad para observar sus experimentos arquitectónicos y estructurales en un formato más íntimo y funcional. 

Un amigo de los Güell

Esta particular construcción de 1901 fue un encargo del industrial Ermenegild Miralles, amigo del mecenas Eusebi Güell, para quien trabajó en otras dos ocasiones.

Echar un vistazo a este particular muro es tener visiones de otras obras de Gaudí, como el Park Güell o la Casa Batlló. Para empezar, el elemento más distintivo de esta obra es, sin duda, la pared ondulante que rodea la entrada a la finca que recuerda las sinuosas curvas de la Pedrera o del techo con escamas de dragón del edificio vecino a la Casa Amatller.

Parecidos con otras obras de Gaudí

Esta no es la única referencia. El muro, hecho de piedra de mortero, recuerda también a las columnas del porche del Park Güell o a la misma Torre de Bellesguard. Mientras que la decoración con trencadís blanco, hace pensar en las chimeneas de la Pedrera o al dragón del citado parque.

Por último, no falta el uso del hierro forjado. Si en la Casa Batlló parecen máscaras y en la Milá formas sinuosas, en este muro conforma una red de tela metálica con pinchos, que recuerda a una red de pescar o a la espina de un pez. Todo evocaciones y materiales de la naturaleza propios del modernismo.

El arquitecto en la puerta

A pesar de tener esta forma tan particular y propia de Gaudí, pasa completamente desapercibida. Apenas aparece en los mapas turísticos de Barcelona, de ahí que en su última reforma se decidiera poner una escultura de Gaudí en el portal de entrada, dividido en dos accesos, uno para carruajes y otro para peatones, ambos enmarcados por marquesinas con formas curvas y complejas. 

Estas marquesinas, diseñadas por Gaudí específicamente para esta obra, fueron construidas con piezas de fibrocemento en forma de caparazón de tortuga, sostenidas por una estructura de vigas metálicas. Este diseño revela el interés de Gaudí en experimentar con materiales y formas inusuales, y en su inspiración en animales y elementos de la naturaleza, algo impropio en una época en la que las estructuras funcionales raramente se adornaban con este nivel de detalle artístico.

Para los expertos, Gaudí aprovechó este encargo de Miralles como banco de pruebas, un espacio de experimentación donde dar rienda suelta a su creatividad. Además, el arquitecto puedo aprovechar la fábrica de materiales de construcción de su mecenas para usar su maquinaria y realizar pruebas de resistencia de materiales, ensayos que el arquitecto aplicaría en proyectos más grandes como la Casa Milà

De hecho, la maquinaria de la fábrica de Miralles se convirtió en un laboratorio donde Gaudí desarrollaba y perfeccionaba técnicas innovadoras que luego plasmaría en sus obras más conocidas, como bien se puede apreciar.

Reformas

Además del portal y la cerca, Gaudí dejó su huella en dos ejemplos sobresalientes de su habilidad con la forja: la reja de la puerta de peatones y la clásica cruz tridimensional de cuatro brazos que corona el conjunto. Aunque la cruz original fue trasladada a la Casa-Museo Gaudí en el Park Güell, la réplica actual sigue siendo un distintivo de su estilo y maestría. 

Con el tiempo, la Finca Miralles y su portal han sufrido diversas transformaciones. Uno de los cambios más notorios fue el añadido de un cancel convencional con pilares y rejas laterales, diseñado por el colaborador de Gaudí, Domènec Sugranyes.  

Una escultura de Gaudí

La escultura de Gaudí llegó más tarde, en la restauración de 2020. La figura, realizada por el escultor Joaquim Camps, está hecha a tamaño real y cuerpo completo y se ha convertido en un símbolo para quienes pasan y viven allí, que no son pocos.

Actualmente, el muro y la portalada sirven como cerca para los edificios construidos en los años 60, conocidos popularmente como Les Cotxeres, donde antaño se estacionaban los tranvías de la ciudad. Un pasado que, como esta obra de Gaudí, pocos recuerdan.