Así es la fortaleza militar catalana que hoy se ha convertido en joya de la arquitectura contemporánea: en un entorno idílico
Un castillo de finales del siglo XIX se ha reconvertido en un espacio para el arte, la cultura y la gastronomía de la mano de los hermanos Roca
28 septiembre, 2024 09:00Noticias relacionadas
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Hay castillos medievales que se convierten en un activo turístico, otros en paradores e incluso hoteles. Pero si hay una fortaleza de Cataluña que puede presumir de una de las transformaciones o reinvenciones más radicales es el fortín militar de Sant Julià de Ramis.
Situado a tan solo cinco minutos de Girona. Este castillo, construido entre 1893 y 1912, este castillo ha pasado de ser un enclave defensivo a convertirse en una joya de la arquitectura contemporánea. Y, desde hace unos pocos meses, en uno de los restaurantes más exclusivos y selectos del territorio. Los mismísimos hermanos Roca, reconocidos con tres estrellas Michelin, han abierto un nuevo local allí.
Un castillo reconvertido
Antes de que llegaran estos reputados chefs, por eso, este bastión militar ya alberga el complejo museístico y hotelero La Fortalesa. Ahora este lugar que combina arte, lujo y gastronomía en un entorno natural de gran belleza. Con una inversión de 14 millones de euros y una superficie de más de 11.000 metros cuadrados, este proyecto es un perfecto ejemplo de cómo lo histórico y lo moderno pueden coexistir en perfecta armonía.
El estudio de arquitectura Fuses-Viader fue el encargado de diseñar este ambicioso proyecto, que se planteó desde el inicio con un objetivo claro: respetar el carácter histórico de la fortaleza y su entorno natural en la Muntanya dels Sants Metges, declarada Bien Cultural de Interés Nacional en 2012. El resultado es un sutil juego de contrastes entre lo antiguo y lo nuevo.
Qué ver
Las estructuras originales de piedra del castillo conviven ahora con nuevos volúmenes de hormigón, cristal y acero corten, elementos que integran las diversas partes del complejo, incluyendo un museo de joyería, talleres para artistas, un hotel boutique y varios restaurantes, entre ellos, el liderado por los Roca.
Uno de los elementos más llamativos de este proyecto es La Cúpula, un auditorio diseñado para eventos corporativos y celebraciones. Con una forma ovalada y una apertura cenital, esta estructura semienterrada parece sacada de una novela de ciencia ficción. Sus paredes, hechas de una mezcla de hormigón, corcho y tierra, no solo ofrecen un excelente aislamiento acústico, sino que también interactúan con la luz de manera que crea un juego visual fascinante.
Arte y arquitectura
Este espacio se ha convertido en uno de los grandes atractivos de La Fortalesa, ideal para eventos de gran envergadura. Pero hay mucho más que bien merece una visita. El recorrido por el complejo comienza en las antiguas caballerizas del castillo, donde se encuentra el D’Or Museum, el primer centro en España dedicado a la joyería y las piedras preciosas.
Este museo, que ocupa tres plantas y más de 6.000 metros cuadrados, ofrece a los visitantes la oportunidad de descubrir el legado de Elsa Peretti, la icónica diseñadora de Tiffany&Co., entre otras muchas piezas de valor incalculable. Además, el D’Or Museum acoge exposiciones temporales de artistas contemporáneos como Robert Llimós, así como una colección permanente del escultor Josep Maria Subirachs.
El arte contemporáneo también tiene su espacio en los talleres para artistas que se encuentran junto a los muros de la fortaleza. Uno de los primeros en establecerse ha sido Quim Hereu, cuyo taller-galería combina arte y arquitectura en un cubo de acero corten semienterrado. Aquí, los visitantes pueden ver de cerca el proceso creativo de Hereu, conocido por sus enormes lienzos y su peculiar estilo que mezcla influencias de Dalí, El Bosco y lo que él denomina su "universo estrambótico". Este espacio es un claro ejemplo de la apuesta de La Fortalesa por la cultura y la creatividad.
Los hermanos Roca
En la parte más alta del complejo se encuentra el Sants Metges Hotel, un hotel boutique de cinco estrellas con solo 15 habitaciones, zona wellness, piscina y hasta un helipuerto. Este edificio, que ocupa el antiguo almacén de explosivos de la fortaleza, cuenta con una cubierta ondulante de tierra y césped que se funde con el entorno.
En el interior del hotel, en su día se encontraba el restaurante de Jordi Cruz, pero ahora son los hermanos Roca los que se han hecho con este rincón gastronómico. El nuevo restaurante, cuyo interiorismo corre a cargo de Andreu Carulla (también responsable de El Normal), recoge en la carta una reinterpretación de los platos más icónicos de la historia de El Celler de Can Roca.
Qué comer
Los comensales que se sienten a la mesa pueden disfrutar, por ejemplo, del timbal de manzana y foie gras, la cigala con artemisa y mantequilla tostada, el parmentier de bogavante con trompetas de la muerte o el pastel de pularda con trufa y hierbas frescas, por poner algunos ejemplos.
La propuesta gastronómica de los hermanos Roca, se puede disfrutar de dos modos. Desde su amplia carta y su abanico de opciones, a las opciones de sus dos menús degustación: uno de 150 euros que incluye seis platos salados y dos postres, y el más económico de 110€ que viene con dos platos salados y sus respectivos postres.
La historia de la fortaleza de Sant Julià de Ramis ha dado un giro inesperado, así. De ser un lugar concebido para la defensa y la guerra, ha pasado a ser un refugio de paz, lujo y arte, donde los visitantes pueden relajarse en un hammam o disfrutar de una sauna finlandesa en el mismo lugar donde antaño los soldados practicaban con su artillería. Un viaje en el tiempo con unas vistas que alcanzan desde los Pirineos hasta la Costa Brava.