Hablar de pueblos históricos es algo común en Cataluña. El pasado de este territorio es tan amplio que algunos pueblos tienen hasta milenios. Por eso, que en pleno siglo XXI aparezca un nuevo municipio se ha convertido en noticia.
El particular nacimiento ha sucedido en Lleida, aunque sería más correcto afirmar que va a suceder. Sí, Cataluña va a ampliar su mapa de pueblos y lo hace, curiosamente, a partir de un punto estratégico en la historia catalana: una colonia industrial.
Qué es una colonia
Era mediados del siglo XIX, a raiz de la Revolución Industrial y a la necesidad de descentralizar la producción textil de las grandes ciudades, que en Cataluña empezaron a aparecer esta especie de comunidades. Se establecieron principalmente en áreas rurales a lo largo de los ríos Ter y Llobregat, aprovechando la energía hidráulica para mover los telares.
Estas colonias no solo albergaban las fábricas, sino también viviendas para los trabajadores, escuelas, tiendas y otras instalaciones comunitarias, formando comunidades autosuficientes y fuertemente controladas por los propietarios de las fábricas. Tofos ellas estaban construidas alrededor de una fábrica central de grandes dimensiones. Las viviendas eran de construcción sencilla pero funcional, y la vida en la colonia estaba regimentada por normas estrictas impuestas por los dueños, quienes controlaban tanto la producción como el comportamiento social.
Dónde está el nuevo pueblo
Si en 1846 la Colonia Sedó, en Esparreguera, se erigió la primera, ya entrado el siglo XX y con varias ya repartidas por el territorio catalán, la famosa Canadenca, construyó una nueva colonia en el Pallars Jussà. A 2,5 kilómetros de Tremp, al lado de la central hidroeléctrica de Talarn, se construyó la colonia Nerets.
Era el año 1910 cuando esta comunidad estaba repleta de trabajadores, ingenieros y todo tipo cargos varios implicados en las centrales hidroeléctricas que había a lo largo del río Noguera Pallaresa. Claro que con el desarrollo tecnológico, con el paso del tiempo se fueron yendo.
Historia del 'pueblo'
Era 1995 cuando la propietaria de esta central y colonia, Endesa se dio por vencida. Los trabajadores habían abandonado las casas de la colonia para ir a trabajar a pueblos cercanos y mejor equipados, más modernos. Apenas vivían unos pocos.
Así, tres años después de las Olimpiadas de Barcelona, la compañía eléctrica ofreció a los pocos que aún vivían allí un contrato de alquiler con opción a compra. Y sí, algunos se las quedaron y todavía vive gente. Ninguna ya tiene relación con la central.
Ante esta situación y pasados cerca de 30 años de esos tratados, Endesa ha dado el paso definitivo para deshacerse de esa colonia en la que, además de vivir gente, mantenía un pequeño museo en el que explicaba la historia de la Canadiense. La voluntad es convertirlo en todo un pueblo.
Por el momento, y como viene siendo tendencia en España, la empresa ha decidido ponerla a la venta como pueblo. Por el momento, les ha dicho a los inquilinos de las siete casas que aún siguen en pie y habitadas que pueden comprar esas viviendas. Mientras, espera poder traspasar las calles de la colonia al ayuntamiento que decida invertir 600.000 euros para arreglarlas.
De colona a pueblo
La intención de Endesa es poder tener vendida la colonia para 2025 y que se pueda constituir como pueblo. Claro que antes se han de dar ciertos pasos. El primero de ellos es reparcelar el terreno de manera que las casas y sus jardines puedan formar parte de otras fincas independientes. En segundo lugar, realizar las citadas reformas de las calles para adaptarse a las normativas urbanísticas en vigor.
Por el momento estas dos fases ya están en marcha. El ayuntamiento de Talarn se ha puesto las pilas y ya está manos a la obra. Una vez reparcelado todo, llegará el acondicionamiento más trabajoso: alumbrado público, depuradora de agua y suministros básicos en general, alcantarillado incluso. Será entonces cuando se hará oficial la compra de viviendas y Els Nerets va a poder ser considerado un pueblo, no una colonia. Eso sí, formará parte de Talarn.
Cómo llegar
Para llegar a la central hidroeléctrica de Talarn desde Barcelona, se puede optar por un viaje en coche o en transporte público. Si se elige ir en coche, se debe tomar la autopista AP-2 en dirección a Lleida. Después de aproximadamente 160 kilómetros, se toma la salida 5 hacia la autovía A-2. Continuando en la A-2, se sigue en dirección a Balaguer por la carretera C-13. Desde Balaguer, se sigue por la C-13 hacia Tremp y luego hacia Talarn. El trayecto en coche dura alrededor de dos horas y media, dependiendo del tráfico.
En transporte público, la mejor opción es tomar un tren desde la estación de Barcelona Sants hacia Lleida. Desde Lleida, se puede coger otro tren hacia Tremp, operado por la línea de ferrocarril regional. Una vez en Tremp, se puede tomar un taxi o un autobús local hasta Talarn, ya que la central hidroeléctrica se encuentra a 2,5 kilómetros de Tremp. El viaje en tren y taxi o autobús puede durar entre 3 y 4 horas, dependiendo de las conexiones y los tiempos de espera.