La catedral medieval que se construyó sobre restos de una mezquita: tiene más de 800 años y está en Lleida
El templo fue vaciado por completo y apenas se conserva ninguna obra de arte original
13 mayo, 2024 17:01Noticias relacionadas
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La mezquita de Córdoba no es el único templo del Islam que, tras la Reconquista, pasó a convertirse en un santuario católica. Cataluña el suyo propio y también en una ciudad que, en verano, es muy calurosa.
Lleida esconde una mezquita en el interior de uno de sus emblemas: la majestuosa Catedral de la Seu Vella de Lleida. Convertido en un monumento icónico de Cataluña, esta iglesia guarda más de un secreto.
De mezquita a catedral
Situada sobre el prominente cerro conocido como el Turó de la Seu Vella, esta construcción histórica no solo domina el paisaje urbano, sino que también encierra siglos de historia y curiosidades que la convierten en un tesoro arquitectónico y cultural. Entre ellas, una mezquita.
El templo, con más de 800 años de antigüedad, es testigo de la evolución y los avatares de la historia catalana y este dato da buena fe de ello. Su origen se remonta al período en que la península ibérica estaba bajo dominio musulmán, cuando en el lugar que ahora ocupa la catedral se erigía una mezquita sobre los restos de una antigua catedral paleocristiana y visigoda.
Reconversión
Tras la conquista cristiana de la región en 1149, la mezquita fue consagrada como catedral, marcando el inicio de la historia de la Seu Vella tal como se la conoce hoy en día. Claro que, desde entonces, sufrió cambios. El que le dio su forma actual se realizó en 1203, pero desde entonces ha habido más.
A lo largo de los siglos, la Seu Vella ha experimentado diversas transformaciones que reflejan las vicisitudes de la historia de Lleida. En el siglo XVIII, tras la conquista de la ciudad por las tropas de Felipe V, la catedral fue reconvertida en cuartel militar debido a su estratégica ubicación en la colina.
Sin una imagen
Este cambio de función implicó la desacralización del edificio y la transferencia de los servicios religiosos a la nueva Catedral Nueva de Lleida, completada entre 1761 y 1781. Eso tuvo sus consecuencias.
El hecho de convertirse en un edificio civil convirtió este espacio en un lugar sin ninguna imagen religiosa. Desde al altar y los retablos a los bancos y estatuas desaparecieron por completo. Esto ha ayudado a que, ahora, la Seu luzca mucho más diáfana y se observen mejor sus detalles.
Estilos arquitectónicos diversos
La Seu Vella es un testimonio de la rica diversidad artística y arquitectónica de su época. Construida principalmente en estilo románico, la catedral incorpora elementos góticos que se añadieron en épocas posteriores, creando una fusión única de estilos.
Por su parte, el claustro, uno de los más grandes de Europa, es un ejemplo destacado de esta combinación, con arcos ojivales y tracerías detalladas que reflejan la maestría artística de sus constructores.
El campanario con nombres de mujer
El campanario de la Seu Vella, con sus siete campanas, es un símbolo icónico de la ciudad de Lleida. Dos de estas campanas, que datan del siglo XV y llevan los nombres de Mónica, la que toca los cuartos, y Silvestra, que marca las horas, destacan por su carácter gótico y su importancia histórica.
Además de cumplir su función religiosa, el campanario ofrece la oportunidad de disfrutar de vistas panorámicas de la ciudad y sus alrededores desde su mirador, accesible tras ascender 238 escalones en una escalera de caracol.
Cómo llegar
Llega hasta allí no es del todo fácil. Aunque haya una rampa que favorece la subida, está en el punto más alto de la ciudad y la cuesta no te la quita nadie. La experiencia merece la pena incluso si no se es religioso, porque más allá de poder apreciar los detalles, desde allí se observa buena parte del casco histórico de la ciudad, el río Segre y, cuando hay poca nubosidad, la famosa Plana de Lleida.
A la ciudad se puede llegar en transporte público. Los trenes de media y larga distancia paran allí, incluso se puede llegar desde distintos puntos de España con los servicios de alta velocidad. En coche, suele tardarse bastante: una hora desde Tarragona, una más desde Barcelona y más de 2,5h desde Girona.