La ansiedad, una emoción natural intrínseca a todas las personas, puede desencadenar una serie de reacciones ante la amenaza de un resultado negativo o incierto. Sin embargo, cuando esta respuesta se vuelve excesiva y prolongada, puede derivar en trastornos de ansiedad, afectando significativamente la calidad de vida de quienes la padecen.
Los trastornos de ansiedad interfieren con las actividades cotidianas y pueden afectar negativamente en la vida familiar, social, escolar o laboral de una persona. Estos sentimientos de ansiedad y pánico interfieren con las actividades diarias, son difíciles de controlar, son desproporcionados en comparación con el peligro real y pueden durar un largo tiempo.
Un trastorno muy común
Todo el mundo puede experimentar ansiedad en algún momento, pero quienes padecen estos trastornos tienden a sentir miedo y preocupación de manera intensa y desproporcionada. Estos sentimientos a menudo se acompañan de manifestaciones físicas y otros síntomas conductuales y cognitivos (pensamientos negativos). Resultan difíciles de controlar, provocan una angustia significativa y pueden persistir durante mucho tiempo si no se tratan
El doctor Josep Maria Farré, jefe de Docencia e Investigación del Servicio de Psiquiatría y Psicología del Hospital Universitari Dexeus, expresa que "el trastorno de ansiedad generalizada se distingue fundamentalmente por la entrega desproporcionada e improductiva a la preocupación y la incertidumbre, afectando profundamente la conducta y la vida diaria de las personas". Además, destaca que la incidencia de estos trastornos es mayor en mujeres, una tendencia observada también en otros trastornos relacionados como las fobias.
La idoneidad de los antidepresivos
La ansiedad, en su forma crónica, se convierte en un problema significativo. "Es una emoción normal y adaptativa, pero cuando se torna crónica y preocupante, entonces nos enfrentamos a trastorno clínico ansiedad", aclara Farré. En cuanto a los tratamientos, menciona que "los antidepresivos han demostrado ser efectivos para mejorar la ansiedad y las crisis asociadas. Estos deben combinarse con terapia cognitivo-conductual para lograr mejores resultados".
El diagnóstico precoz es crucial, ya que muchos trastornos comienzan en la adolescencia tardía o incluso en la infancia. El doctor Borja Farré, jefe de la Sección de Trastornos de Ansiedad y Estrés del mismo centro, resalta que "los trastornos de ansiedad se dividen en cuatro tipos: fobia simple, trastornos de angustia con y sin agorafobia, trastornos de ansiedad social y trastorno de ansiedad generalizada". Estos cuadros comparten síntomas como la necesidad de control, preocupación excesiva y manifestaciones somáticas como taquicardias, sudoraciones y dificultades respiratorias.
La psicoeducación
La terapia cognitivo-conductual es fundamental en el tratamiento, ofreciendo psicoeducación para que los pacientes comprendan su trastorno desde una perspectiva científica. Esta terapia ayuda a enfrentar situaciones evitadas y a modificar pensamientos disfuncionales, reduciendo la percepción de amenaza y mejorando las expectativas.
El doctor Jordi Robert, jefe del Servicio de Medicina Interna, destaca la frecuencia con que los pacientes con ansiedad acuden a Urgencias por dolor torácico, un síntoma comúnmente asociado a problemas cardíacos. "Realizamos electrocardiogramas y análisis de troponinas para descartar problemas coronarios", señala. “La ansiedad puede ser un factor predictivo de eventos coronarios”, advierte la doctora Zamira Gómez, especialista en Cardiología, quien añade que "una crisis de ansiedad puede desencadenar daños cardiovasculares y metabólicos, como el aumento de azúcar en sangre o alteraciones en el perfil lipídico".
Relación ansiedad-trastornos digestivos
Finalmente, el doctor Javier Nebreda, jefe del Servicio de Aparato Digestivo y Endoscopia, subraya la relación entre ansiedad y trastornos digestivos. "El estrés puede desencadenar brotes en enfermedades inflamatorias intestinales como la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa. Incluso en casos de dispepsia y distensión abdominal, la ansiedad juega un papel significativo", comenta.
En conclusión, la ansiedad y sus trastornos asociados requieren una atención integral que combine diagnóstico precoz, tratamiento farmacológico adecuado y terapias psicológicas eficaces para mejorar la calidad de vida de los pacientes.