El café es una de las bebidas más consumidas del mundo y, además de su aroma y sabor característicos, posee una serie de propiedades nutricionales y efectos que han despertado el interés de la comunidad científica. Según diversas fuentes nutricionales como Healthline, Mayo Clinic y Johns Hopkins Medicine, el café, cuando se consume de forma moderada y sin añadidos, puede formar parte de una dieta equilibrada y aportar beneficios para la salud.
En términos nutricionales, el café negro es una bebida muy baja en calorías -una taza aporta apenas dos kilocalorías- y prácticamente no contiene grasas ni carbohidratos. A pesar de ello, proporciona pequeñas cantidades de nutrientes como riboflavina (vitamina B2), niacina (vitamina B3), ácido pantoténico (B5), magnesio, potasio y manganeso. Su verdadero valor, sin embargo, reside en su alto contenido en antioxidantes, especialmente, ácidos fenólicos y polifenoles, que ayudan a combatir el estrés oxidativo y a reducir la inflamación celular.
No obstante, el consumo debe ser moderado. Un exceso de cafeína puede causar nerviosismo, insomnio, taquicardia o ansiedad, especialmente, en personas sensibles a su efecto estimulante. También, se desaconseja su ingesta excesiva en mujeres embarazadas o personas con hipertensión o trastornos del sueño. Además, conviene recordar que los beneficios atribuidos al café se refieren al consumo sin añadidos, ya que el azúcar, las cremas o los siropes pueden transformar esta bebida ligera en una fuente considerable de calorías y azúcares.