Es cero turístico, pero la gente se desvía para comer en su restaurante: auténtica cocina casera catalana

Encaramada en lo alto de una colina, a más de 500 metros sobre el nivel del mar, La Figuera se revela como una de las joyas mejor guardadas del Priorat. Este pequeño municipio tarraconense conserva intacta la esencia de los pueblos de antaño: calles empedradas, casas de piedra y plazas silenciosas que invitan al paseo sin prisas, siempre bajo la mirada serena de la iglesia de Sant Martí, que preside el centro urbano.

Su ubicación privilegiada le ha valido el sobrenombre de 'el balcón del Priorat', por las vistas espectaculares, que se extienden desde sus miradores hacia el horizonte montañoso.

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Uno de sus lugares más emblemáticos es el Mirador de La Figuera, un punto de encuentro para senderistas y fotógrafos que acuden atraídos por sus atardeceres únicos. Pero el encanto del entorno va más allá del paisaje: los alrededores ofrecen rutas de senderismo y BTT que atraviesan viñedos, olivares y antiguas construcciones de piedra seca. En los caminos, que bordean el término municipal, aún se conservan trincheras y refugios de la Batalla del Ebro y de los vestigios de la Guerra Civil, que hoy forman parte de un itinerario histórico señalizado con paneles explicativos.

Vistas de La Figuera FEM TURISME

Municipio de tradiciones

La Figuera mantiene vivas sus tradiciones a través de celebraciones populares como la Fiesta Mayor de Sant Martí, y también en su mesa, donde la gastronomía local conserva el sabor de la memoria. En sus cocinas aún se preparan potajes de legumbres, carnes guisadas con patatas y postres clásicos como las hojuelas, las crestas rellenas o el mostillo, un dulce ancestral elaborado con mosto, harina y especias. A ello se le suman los productos artesanos de la vid y el olivo -aceites y vinos con sello del Priorat- que aportan identidad y carácter a la despensa local.

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El Racó de la Figuera

Entre sus rincones más apreciados por los amantes del buen comer destaca El Racó de la Figuera, un restaurante de ambiente familiar que se ha ganado el reconocimiento tanto de vecinos como de viajeros. Recomendado por Turisme Priorat y con una valoración de 4 sobre 5 en Google, este pequeño establecimiento es una parada obligada para quienes buscan cocina casera, honesta y con alma rural, en uno de los pueblos más tranquilos y auténticos de la comarca.

Cabrito de El Racó de la Figuera INSTAGRAM

En cuanto a su gastronomía, apuesta por platos de raíz catalana elaborados con ingredientes de temporada. En su menú es habitual encontrar estofados de jabalí con setas, cordero al horno con hierbas de la sierra, caracoles a la llauna y butifarra con judías del ganxet, todos elaborados de forma tradicional.

Los fines de semana y festivos, el restaurante ofrece un menú más amplio que incluye recetas de cuchara como la escudella i la carn d’olla. En el apartado dulce destacan las elaboraciones caseras, como la crema catalana, las orelletes o el mostillo de uva, un postre antiguo propio del Priorat que combina mosto, harina y canela. Todo ello se acompaña de vinos con Denominación de Origen Montsant y Priorat y de aceites de oliva virgen extra de producción local, reafirmando el compromiso del restaurante con el producto de proximidad.