Edurnyx, captura de pantalla de tiktok

Edurnyx, captura de pantalla de tiktok

Gastronomía

Paga 295 euros por comer en un restaurante de Barcelona tres estrellas Michelin y no da crédito: “Sabe a incendio, un poco curioso”

Un viaje gastronómico multisensorial de tres estrellas Michelin para degustar sin prisa en uno de los mejores restaurantes

La mejor tapa de Cataluña se encuentra en este municipio de Barcelona: con una salsa de coco que aporta frescura

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No todos los días te puedes dar un festín, o sí por qué no. Sin embargo, no siempre puedes degustar los mejores platos de los mejores chefs. Completamente satisfecha parece que ha quedado la creadora de contenido Edurnyx, tras su visita a uno de los mejores restaurantes de Barcelona.

Se trata del restaurante ABaC de Jordi Cruz, donde trata de cautivar tu paladar con una experiencia inmersiva a través de una gastronomía llena de vida, paisajes y recuerdos. Tal y como definen en la web del propio restaurante, la cocina del chef Jordi Cruz es sensibilidad, raíces, técnica y mucha creatividad.

Un equilibrio perfecto de contrastes para contar historias cotidianas, como un paseo por la montaña o un instante de la infancia. Un viaje gastronómico multisensorial de tres estrellas Michelin para degustar sin prisa.

Además, todos los platos son elaborados con ingredientes de alta calidad, por eso su menú puede cambiar según la estación. Para ello, aplican nuevas técnicas y elaboraciones propias para que sea más digestivo, saludable y respetuoso con el medio ambiente.

Edurnyx fue al restaurante de Jordi Cruz y pago 295 euros para probar el menú degustación de ABaC. “Esto es todo lo que se come en un restaurante tres estrellas Michelin”, asegura la creadora de contenido en su perfil de TikTok.

Un menú elegante y curioso 

Entre los platos más destacados para Edurnyx se encuentra el Bloody Mary on the rocks —Cóctel del seny i la rauxa —­, “Qué está buenísimo”, un gazpacho de ensalada verde, “mmm… sabe a gazpacho”, y el plato de raíces, semillas y cortezas calcinadas, “que está ambientado en los incendios que hemos pasado anteriormente. Un poco curioso. Es verdad, sabe como incendio”, asegura.  

Un menú totalmente acorde al restaurante con vistas a un apacible jardín vigilado por asombrosas obras de arte contemporáneo. La filosofía con la que trabaja Jordi siempre plantea una experiencia singular y en constante renovación, pues no es fácil narrar historias donde el hilo conductor sean los productos de temporada; siempre desde la excelencia técnica, pero revisando los sabores mediterráneos y catalanes para fusionarlos con los de otras latitudes.

Según recoge Michelin, la propuesta, que arranca tomando aperitivos en la cocina, transita por un único menú degustación donde conviven las novedades con los grandes clásicos de la casa. ¿Un plato mágico? Su homenaje a El Principito, la icónica fábula del escritor Antoine de Saint-Exupéry, con media esfera de crema de yogur elaborada en nitrógeno y que, ante tus ojos, se usa para tapar un helado de leche de oveja con rosa liofilizada, crumble de almendra y merengue de menta.

El éxito en silencio de Jordi Cruz

La trayectoria del chef se caracteriza por haber sido excepcionalmente rápida y exitosa. Su ascenso meteórico lo llevó a obtener su primera estrella Michelin a la temprana edad de 24 años, un logro que lo consagró como uno de los cocineros más jóvenes a nivel mundial en recibir esta clase de distinción. Actualmente, su restaurante, el ABaC, se encuentra ubicado en una distinguida villa localizada en la avenida Tibidabo. Este establecimiento mantiene un estatus culinario de élite, ostentando tres estrellas Michelin desde 2017.

Desde que alcanzó su reconocimiento inicial, la cocina del chef ha experimentado una evolución constante, centrándose en una fusión que equilibra la técnica, el producto y la emoción. La presentación de sus creaciones culinarias (su "puesta en escena") es tan cuidada que se asemeja al arte contemporáneo. De hecho, la oferta del ABaC trasciende la simple noción de un menú, configurándose como una experiencia de naturaleza inmersiva. El chef ha manifestado que la esencia de su trabajo radica en provocar reacciones intensas en el público, señalando que buscan "sorprender, emocionar, incluso hacer reír" a sus comensales.