Pollo a l'ast

Pollo a l'ast CHEZ COCÓ

Gastronomía

Adiós a este restaurante de Barcelona: el establecimiento que recuperó la esencia de las clásicas 'rôtisseries'

Fue inaugurado en el año 2012, con el objetivo de transformar el pollo y otras aves en experiencias gourmet

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Las rôtisseries gustan mucho en Cataluña porque se han convertido en un punto de encuentro gastronómico sencillo, sabroso y accesible. El pollo a l’ast --la pieza estrella de estos locales-- tiene un arraigo enorme en la cultura catalana: los domingos y festivos es casi tradición familiar comprar uno para llevar a casa. Su atractivo radica en lo práctico (es un plato completo, listo para comer), en el aroma inconfundible que desprende al asarse lentamente y en el precio asequible que lo hace popular en todas las generaciones. A esto se suma la versatilidad: se acompaña de patatas, ensaladas o arroz, adaptándose a distintos gustos sin complicaciones.

El éxito también se explica por un trasfondo cultural y social. Además, con el tiempo muchas rôtisseries han ampliado su carta incorporando costillas, conejos o guarniciones elaboradas, manteniendo el espíritu popular, pero ofreciendo más variedad. De esta manera, han pasado de ser simples puntos de venta de pollo asado a consolidarse como un elemento de identidad gastronómica catalana, donde la tradición, la comodidad y el sabor se dan la mano.

Cierre de Chez Cocó

Chez Cocó, la rotisserie inaugurada en 2012 con el objetivo de transformar el pollo y otras aves en experiencias gourmet, cierra temporalmente. Su propuesta combina productos selectos en un entorno único, diseñado por Lázaro Rosa-Violán, que evocaba el lujo del Orient Express. Entre sus distintivos están los hornos castellanos para lechazos y cochinillos y los broches fabricados, a medida, en Francia.

El cierre del restaurante ha sido consecuencia de varios factores. Los propietarios del local exigían renovar el contrato con un aumento significativo del alquiler, algo que según el chef Jordi Gotor no les parecía justo. A esto se sumaba la dificultad para mantener un equipo estable y la imposibilidad de dedicar tantas horas al restaurante tras la llegada de sus hijos.

A lo largo de trece años, Chez Cocó superó múltiples retos, desde los efectos del procés hasta la pandemia e incluso una inundación causada por una tubería rota, que obligó a suspender la actividad durante mes y medio. El local está ahora de reformas para seguir siendo un restaurante. Un final amargo para un proyecto tan emblemático. ¿Cuándo abrirá? Aún no hay fecha exacta.

Gastronomía

Chez Cocó combina un ambiente de brasserie francesa con una propuesta centrada en las aves criadas en libertad, especialmente los coquelets, que tienen un papel protagonista desde que entras al restaurante. Lo primero que ves es la broche girando, lo que no solo crea un impacto visual, sino que anuncia la especialidad del local: aves asadas cocinadas, lentamente, con el trinchado a la vista del cliente (pata o pechuga). La idea es que el comensal forme parte de la experiencia, viendo cómo se prepara su plato y seleccionando a partir de esa cercanía.

La oferta gastronómica va más allá de esto: también sirven carnes más robustas, como magret de pato, jarrete de ternera, pintada o productos ibéricos como la Pata Negra del Penedés e incluso raza Lumagorri del País Vasco. Todo ello en formatos que invitan a compartir: piezas pensadas para dos, tres o cuatro personas. En cuanto al local, el horario es amplio (cocina de mediodía y noche), y la ubicación en Av. Diagonal, Barcelona, sugiere una clientela tanto local como de paso. Además, desde su web se transmite una esencia de buen gusto, de disfrutar lo simple pero bien hecho, priorizando producto, presentación y experiencia visual dentro de la cocina.