Los restaurantes chinos tuvieron mucha fama en su día en Cataluña. Fue antes de la llegada de la cocina japonesa, que ha acabado copando todo. Pero los expertos en comida oriental se han sabido reinventar.
Esto es lo que ha pasado con un grupo de restauración que lleva tiempo abriendo restaurantes de comida china en toda España, dándole la distinción que merece. En Barcelona lo han hecho por todo lo alto, abriendo un local dentro de un edificio de Gaudí.
Del rollito de primavera a la alta cocina
El local en cuestión es el China Crown, un proyecto liderado por María Li Bao, que hace años cambió el concepto de comida china. De los populares rollitos de primavera y el arroz tres delicias nunca quiso saber nada, lo suyo es la alta cocina.
Para ofrecer este tipo de servicios escogió un lugar emblemático, una obra de Gaudí. Lejos de poner su restaurante en las típicas y masificadas Sagrada Familia, Casa Batlló, La Pedrera o Palau Güell, optaron por un lugar más exclusivo.
Dónde está
Sí, todavía hay obras del genio modernista no invadidas por turistas. Y allí es donde Li Bao tiene su restaurante. Se trata de la emblemática Casa Calvet, el primer edificio diseñado por Antoni Gaudí en el Eixample entre 1898 y 1900.
La empresaria ha hecho de los bajos de esta obra de arte un espacio donde la cultura catalana se fusiona con la tradición de la cocina imperial china. Una combinación única de raíces y vanguardia que ofrece a los comensales una experiencia culinaria y visual sin igual.
Cómo es el restaurante
En pleno corazón de Barcelona, el restaurante ha respetado el diseño original de Gaudí, conservando elementos como los apliques de luz modernistas y las vidrieras que decoran el espacio. Sin embargo, se han añadido detalles únicos de la cultura china, como porcelanas y jarrones traídos directamente de China, que complementan el ambiente sin desentonar con la esencia modernista del edificio.
Allí conviven dos estilos muy diferentes que en sus 320 metros cuadrados dan espacio para una comunión armónica de la que pueden disfrutar unas 80 personas por servicio. Todas ellas, al entrar, no sólo disfrutan de una buena comida, sino de esta fusión entre ambas culturas, que se remonta al pasado textil de Casa Calvet, cuando las primeras sedas bordadas de China llegaron al negocio original.
Sobre los platos, la propuesta gastronómica de China Crown se centra en la cocina imperial china, una tradición culinaria que data de más de 400 años y que era servida a los emperadores. Los chefs del restaurante han viajado por toda China en busca de las recetas más auténticas y los ingredientes más exclusivos.
Tim Wang, uno de los cocineros más prestigiosos de China y encargado de la cocina de China Crown, ha realizado múltiples viajes a regiones como Shanghái, Gansu y Yunnan, donde ha recuperado platos tradicionales como el cordero de la Ruta de la Seda y tubérculos propios de la gastronomía imperial.
Qué comer
De todos estos viajes, sus responsables han sabido extraer lo mejor para ofrecer dos menús degustación: La Ruta de la Seda y Caja Imperial, ambos con ocho platos, postre y té, que permiten a los comensales probar una variedad de especialidades.
Entre los platos más destacados se encuentran los dim sum caseros, los rollos de shiitake y verduras, las vieiras marinadas y la lubina salvaje al vapor, que ofrecen una combinación de sabores sofisticados y técnicas culinarias tradicionales.
En cualquier caso, uno de los platos estrella es el Pato Imperial Beijing, un manjar que se prepara mediante un meticuloso proceso de más de 48 horas y que se ha convertido en uno de los emblemas de la cocina tradicional china. Nada que ver con el popular Pato Pekín.
Además, el restaurante sorprende con otras propuestas como el Escabeche picante de pollo de corral estilo Chongqing, el Sim sum de trufa y txangurro, y las Berenjenas chinas al estilo yu xiang, todas elaboradas con ingredientes de la más alta calidad.
Fusión en el plato y en la arquitectura
Con todos estos ingredientes, sumados a la arquitectura y diseño de Gaudí, China Crown no solo destaca por su oferta culinaria, sino también por su apuesta por la innovación y la democratización de la alta gastronomía china.
En cada plato se percibe un profundo respeto por la tradición y una voluntad de acercar la cultura imperial china al público occidental, convirtiendo este restaurante en una parada obligada para los amantes de la buena cocina y el arte.
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