Las cascadas no son solo propias de lugares selváticos. Cataluña tiene varias repartidas por todo el territorio y algunas lucen tan exóticas como en los catálogos de viaje. Con la ventaja de que las catalanas no se muestran en estas guías y están mucho menos masificadas, más vírgenes.
Uno de estos casos es el increíble salto de agua que se esconde en la Vall d’Aran. Allí se encuentra un impresionante torrente de agua que baja cerca de la segunda cima más alta de la comarca, el Tuc de Molières, de 3.010m metros, que se puede contemplar en un bucólico paseo de poco más de dos horas.
Una espectacular cascada
El lugar del que hablamos es la cascada de Molières, una joya natural que sorprende a quienes se aventuran a explorarla. Se trata de un extensísimo salto de agua que cae a lo largo de 30 metros.
El choque del agua con las distintas rocas, el blanco que generan esos golpes y el reluciente azul del torrente que cae destacan sobre el gris de las piedras y el verde de los altos abetos y árboles que resguardan este Saut de Molières, como se dice en aranés.
Pero si esto impresiona es también gracias al conjunto que le rodea. Esta cascada escalonada, de unos 30 metros de altura, ofrece una visión espectacular en medio del silencio y la tranquilidad que caracteriza a este rincón del Pirineo.
La experiencia de encontrarse frente a este salto de agua es un auténtico regalo para los sentidos, con el sonido del agua cayendo y la inmensidad verde del valle como telón de fondo. Además, aquellos que se sientan con energía suficiente pueden subir por el camino empedrado que rodea la cascada para disfrutar de vistas aún más impresionantes desde su parte más alta. Pero es otra historia.
Cómo es la ruta
En realidad, llegar hasta allí es más fácil de lo que uno cree. Una ruta circular de apenas ocho kilómetros es el plan perfecto para senderistas y aficionados a los paseos en la montaña ya sean en bicicleta, a pie, en familia, con amigos o en solitario.
El paseo apenas tiene 200 metros de pendiente, por lo que su dificultad es más que escasa. Sí es cierto que se han de cruzar algunos pequeños puentes o pasarelas de madera que pueden resultar resbaladizas si no se lleva el calzado adecuado. Eso sí, no hay riesgo de hacerse mucho daño, se trata sólo de unas pequeñas infraestructuras que se han instalado para pasar por encima de los arroyos y torrentes que cae por la montaña.
Dónde empieza
El punto de partida y de destino es el aparcamiento de Sant Nicolau. Allí mismo ya se encuentran los carteles informativos que indican el camino para alcanzar la cascada de Molières.
Al parecer puede parecer un camino de montaña demasiado preparado. Se trata de un amplio camino de tierra que a medida que poco a poco se estrecha hasta adentrarse a un bosque de hayas de gran tamaño y un verde intenso.
Camino a la cascada
El excursionista o aficionado sólo debe seguir las balizas amarillas que llevan hasta la cascada. A partir de allí, es cierto que se complica. No hay caminos señalizados, lo importante es encontrar el que suba hasta la cascada y allí volver a encontrarse con las balizas amarillas.
Estas señales son importantes porque en las bifurcaciones que se presentan se ha de seguir por ellas. Así, y a pesar de que se encuentra con un poco más de pendiente, se puede llegar hasta el Gotèr de Molières o el Gotero de Molières, otra cascada más directa.
Para quienes busquen una experiencia más desafiante, el sendero puede prolongarse hacia la cima del pico de Molières, que con sus 3.010 metros de altitud domina todo el valle. Aunque la subida se vuelve más exigente a medida que avanza, con un terreno rocoso y empinado, la panorámica sobre la Vall de Molières bien vale el esfuerzo. Sin embargo, para muchos, el encanto del lugar reside en la sencillez de la ruta y la conexión con la naturaleza en su forma más pura.
A partir del Gotero, el regreso, es simple. O bien se desanadar el camino recorrido, o bien se sigue por esta ruta circular, ya de bajada y que regresa al parking a través de otros riachuelos y bosques frondosos.
Cómo llegar
El acceso a la Vall de Molières es sencillo. Desde el parking ubicado al lado del antiguo hospital de Sant Nicolau dels Pontells, en desuso hoy en día, los excursionistas pueden comenzar una ruta de poco más de una hora y media, mayormente llana, que los llevará a adentrarse en este verde valle.
Para llegar hasta allí en coche desde Barcelona en coche, se debe tomar la autopista AP-2 o AP-7 en dirección a Lleida. Una vez en Lleida, se sigue por la N-230 en dirección a Vielha. Al acercarse al túnel de Vielha, justo antes de cruzar hacia la Vall d'Aran, se encuentra el aparcamiento de la boca sur del túnel. El trayecto dura aproximadamente unas 3’5 horas.