Hay platos que no son aptos para todo el mundo. No pasa nada. Entre la cantidad de intolerancias alimenticias, las restricciones por creencias varias y gustos diversos hay recetas que quedan excluidas de las cocinas de algunos hogares. No pasa nada.
La cocina catalana es rica y diversa, se exporta, triunfa por el mundo, pero también tiene sus enemigos. Al menos, siempre o casi siempre hay algo que no gusta. En su día, en Crónica Global, ya hablamos del rechazo que genera un plato como el xató, pero hay uno aún más odiado.
El bocadillo más odiado
La publicación de viajes Taste Atlas elaboró en su día un ranking de las mejores y peores comidas del mundo. Allí le dedican un apartado a España y entre sus 100 peores lidera un bocadillo que los catalanes toman bastante a menudo. Sobre todo, para salir del paso.
El sandwich en cuestión es el bocadillo de sardinas. Un plato que, normalmente, siempre ha servido para aprovechar sobras. Algo en que los catalanes tienen habilidad, no por tacaños (o sí), sino porque recetas como los canelones o la coca de recapte nacen del reaprovechamiento de otras comidas.
Qué lleva
Con el bocadillo de sardinas pasa exactamente lo mismo que con las citadas recetas. Si bien fue idea de alguien que, tras cocinar unas sardinas, aprovechó los restos no comidos para hacerse un sandwich, ahora se puede comer en algunos bares y con mucho más que pescado.
La receta no es que sea muy complicada. Se trata de aprovechar las sardinas que se han hecho a la brasa (o ahora las que ya vienen enlatadas) y se las pone en el pan. A partir de allí empiezan las variedades que cada uno le ponga: con aceite y sal, con lechuga y tomate, con salsa romesco, allioli…
Para gustos...
Se trata, como bien indica la publicación, de “un humilde bocadillo español con un sabroso relleno de sardinas”, ellos dicen que enlatadas, pero pueden estar hechas a la brasa o incluso fritas. “Normalmente, se prepara con una baguette”, apuntan, aunque como cualquier lector deduce, se pueden utilizar otros tipos de pan. Pero nada. Ya le pueden poner aceitunas, pimientos, cilantro o lo que sea, pero que parece que no gusta en el mundo. Al menos, así lo registran ellos. Sobre los motivos de por qué es el más odiado, no dicen nada.
En cualquier caso, se trata solo de un ranking. El bocadillo de sardinas seguro que es buenísimo para mucha gente y tendrá tanta razón como aquella que lo odia. Y por si alguien se pregunta por el bocadillo de calamares, no, no aparece entre los platos odiados.