El chiringuito más antiguo de España está en una playa de Cataluña: lleva más de 100 años en activo

La cultura de chiringuito es algo de lo que se habla. Se trata casi de una filosofía de vida para muchos. Se trata de pasarla bien, que es lo que se hace en uno de estos lugares playeros. Ir allí a tomarse un break del propio break. Descansar de estar en el sol para ir a tomar una copa, un refresco o incluso comer. Desconectar y pasarlo bien en definitiva.

Cataluña está llena de chiringuitos. Sus más de 600 kilómetros de playa ayudan mucho a ello. Pocas playas catalanas no tienen uno de estos. Aunque, claro, es normal. El primer chiringuito de toda España se construyó en esta comunidad autónoma. Y no sólo eso, le dio nombre al local.4

A estas alturas describir qué es un chiringuito es innecesario, pero tal vez a principios del siglo XX requería de una presentación. Eso suponemos que debió pasar cuando, en 1913, se abrió un local en Sitges que se llamaba, precisamente, El Chiringuito.

Estaba ubicado en pleno paseo de la Ribera de Sitges, a pie de playa. Por aquel entonces el local se utilizaba como lugar de encuentro entre los pescadores que organizaban reuniones. Todavía no había lo de tomarse un trago o una paellita en la playa.

Cuándo nació

Luego, poco a poco, como las reuniones derivaban en otras cosas, sí apareció la comida o la vida. Tanto es así que este pequeño rincón costero, situado a tan solo 40 minutos de Barcelona, ha logrado mantenerse en pie durante más de un siglo, convirtiéndose en un símbolo de la vida playera y en un testigo mudo de la evolución de Sitges como destino turístico.

La historia de El Chiringuito se remonta a tiempos en los que Sitges era aún una tranquila villa de pescadores. Nada que ver todavía con el lugar de las libertades, los carnavales y la fiesta en que ha devenido hoy.

El Chiringuito de Sitges MA

El hecho es que los pescadores locales solían reunirse en este lugar al terminar sus jornadas, compartiendo historias, risas y, por supuesto, buena comida. Siempre para ellos. Pero este ambiente de camaradería y sencillez permitió que el chiringuito se ganara rápidamente un lugar en el corazón de los habitantes del pueblo y, con el tiempo, en el de los visitantes.

La idea empezó a cuajar y a expandirse. Aparecieron otros locales similares en otros puntos de la costa. Ya no eran lugares de pescadores, sino puntos donde comer cerca de la playa. La mayoría empezaron siendo de madera, pero poco a poco se fueron adaptando y… sólo hace falta pasearse por la costa española para ver que ahora hay de todo tipo y para todos los gustos. Chiringuitos de helados, de comida gourmet, de fiesta, de lujo…

Qué comer

El Chiringuito original, por eso, no se ha quedado atrás. Su menú refleja la esencia de la gastronomía catalana y mediterránea. Entre los platos más destacados se encuentran los boquerones, las bravas, una tapa imprescindible en cualquier mesa española; y otros platos tradicionales catalanes que han pasado de generación en generación.

Esta oferta gastronómica se complementa con la posibilidad de disfrutar de una copa de vino o una cerveza fría mientras se contempla el mar, creando una experiencia culinaria completa y satisfactoria.

Duras opiniones

El problema es la competencia. A pesar de su historia y su oferta culinaria, El Chiringuito el que dio nombre a este tipo de local, el primero de toda España recibe críticas. Nunca faltan. En Google Maps, el establecimiento tiene una puntuación de 3,1 estrellas sobre cinco, un resultado que refleja opiniones divididas entre los clientes. 

Algunos visitantes destacan la ubicación privilegiada y el encanto histórico del lugar, así como la calidad de algunos de sus platos tradicionales. Sin embargo, otros critican el servicio y la relación calidad-precio, señalando que la fama y la historia del lugar no siempre se traducen en una experiencia satisfactoria. En este sentido, muchos clientes afirman que la comida es de mala calidad, tanto el producto como la cocina. 

Cómo llegar

En cualquier caso, El Chiringuito ha sabido adaptarse a los tiempos sin perder su esencia. La ubicación a pie de playa, en el paseo de la Ribera, permite a los comensales disfrutar de vistas impresionantes del Mediterráneo mientras degustan sus platos. 

Llegar allí es facilísimo. En tren es solo un trayecto de 30 y 40 minutos tomando un tren de Rodalies desde Barcelona. Y tampoco es mucho más en coche. La C-32 llega hasta Sitges y permite ir a descubrir dónde nació el concepto de chiringuito.