Hay restaurantes con estrellas Michelin de lo más curiosos, tanto que no se entiende ni su nombre. Algunos, como El Bulli, eran conocidos por su afición a hacer esferificaciones, por ejemplo. Otros, como el Aürt ya llaman la atención porque no se sabe qué significa. Y si se sabe uno se queda parado.

Ya de entrada, para un castellanohablante esta palabra suena más que rara y no sólo por la diéresis. Pero es que para los catalanes tampoco es que sea muy conocida.

Nombre particular

No lo decimos nosotros, el propio chef que regenta el restaurante, Artur Martínez, reconoce en la web del local que “es un nombre poco conocido y utilizado”. Tanto es así que se desconoce el origen exacto de la palabra, sólo se deduce que debe proceder el indoeuropeo, en concreto, “de una base muy desarrollada en celta”, como el nombre del cocinero.

A Martínez le pareció ideal. Aürt es “corto, rotundo y directo”. “Aparentemente exótico, es un término catalán sin traducción que significa ir a chocar bruscamente contra algo”, matiza. Y algo así es lo que ha hecho él.

Cocina del restaurante Aürt

Qué ofrece

El chef se ha ganado una estrella Michelin gracias a una cocina que se deja de florituras para entregar platos sencillos en apariencia y en su presentación, pero de un trabajo más que delicado. Lo que hacen es ofrecer productos típicos de la gastronomía catalana como la butifarra, las judías blancas o la brandada y lasa visten de lomo, pil-pil y ajo negro, por ejemplo.

A ese se le suman el consomé de champiñón, la col a la brasa con chucrut y alcaparras o la crema de puerros, vainilla y café que se sirve a modo de postre, por ejemplo. Todos productos de sobras conocidos, pero fusionadas de forma tan original que promete una experiencia sensorial en el paladar de sus comensales.

Vuelta al origen

Con estos platos en la carta, además de otros que aparecen en su menú degustación, este chef original de Terrassa no sólo se ha convertido en un cocinero triestrellado, sino que el restaurante cuenta también cuenta con dos Soles de la Guía Repsol. Unos reconocimientos que son fruto de lo aprendido en su anterior local, el ya cerrado Capritx y, sobre todo, del negocio de sus abuelos, El buen gusto.

Allí, en su Egara natal, Martínez aprendió buena parte de lo que ahora sabe. Allí está la base de su conocimiento y en ningún momento ha querido renunciar a ella. Fallecidos sus abuelos, el cocinero ha mantenido ese local, donde a diario ofrecen cocina de proximidad, menos sofisticada, pero bien trabajada. Y los domingos, como no, quien quiera puede pasarse a buscar un rico pollo a l’ast.

Los vinos de aperitivo

Esta tampoco es su única conexión con las raíces. A los platos e ingrediente de proximidad y la familia, se le suma la bebida. En su carta aparecen vinos de todo el mundo, pero tienen un protagonismo especial los elaborados en Cataluña.

La comunidad autónoma tiene más de una decena de caldos con denominación de origen y Martínez lo sabe y los sirve para un buen maridaje con sus platos. Pero hay mucho más.

Martínez se ha puesto a elaborar sus propios vermuts. Utilizando vinos del Celler Can Morral del Molí, situado en Abrera (Barcelona) macera las unas para conseguir unos tragos de carácter más vínico, pero más frescos, alejados del estándar del vermut catalán tradicionalmente más denso. De esta colaboración ya han nacido dos vinos de aperitivo artesanales, uno rojo y otro blanco, que tienen una producción limitada de solo 800 botellas, la mitad de vermut blanco y la otra de rojo. El precio de ambos no alcanzan los 15 euros.

Tal y como explica la publicación gastronómica Hule y Mantel, con estos vinos, Martínez reafirma su relación —iniciada en 2008— con Xavier Morral, cuya familia es propietaria del Celler desde el siglo XV y continúa dedicándose al cultivo de la vid y de los olivos. Una relación que surgió gracias a la voluntad del chef de recuperar el patrimonio gastronómico comarcal y ofrecer vinos del Vallès Occidental en la carta de su primer restaurante Capritx, también en Terrassa. 

Productos propios

El diario especializado recuerda que en 2011, y con el asesoramiento técnico de los enólogos Toni Carbó y Ramón Jané de la bodega Mas Candí (Avinyonet del Penedés), presentaron sus vinos: Martialis 2010, una limitadísima producción de macabeu envejecido en roble, y Martialis Vermell, elaborado con sumoll y xarel·lo. Vinos que, año tras año, se van perfilando como más ecológicos y biodinámicos.

Asimismo, también producen y embotellan su aceite de oliva virgen extra, el primer monovarietal que utiliza becaruda, una variedad temprana autóctona del Baix Llobregat y el Vallès Occidental que proviene de los olivos centenarios dispersos por varias zonas de la finca. Un aceite que marca el inicio en el menú degustación de Artur Martínez en AÜRT.

Cómo llegar

En cualquier caso, si uno quiere probar los vinos, aceites y platos de Artur Martínez hay dos opciones. Por un lado, ir al Restaurante Aürt en Barcelona, situado en el Hotel Hilton Diagonal Mar Barcelona en metro. La línea amarilla (L4) llega hasta allí. Está a poco minutos de la parada de Maresme/Fòrum.

Para llegar al Restaurante El Buen Gusto en Terrassa en coche, desde Barcelona, se debe tomar la autopista C-58 en dirección a Terrassa. Se continúa por la C-58 hasta la salida 17 hacia Terrassa Centre. Una vez en la ciudad, se siguen las indicaciones hacia la Avinguda de Barcelona. El restaurante se encuentra en el número 102 de esta avenida. Hay varias opciones de aparcamiento en las cercanías del restaurante, tanto en la calle como en parkings públicos cercanos.

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