Bertha M. Yebra y Miguel Ríos, en la entrega del premio

Bertha M. Yebra y Miguel Ríos, en la entrega del premio RTVE

Examen a los protagonistas

Bertha M. Yebra

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Publicada

Rock & roll girl

La Asociación de Mujeres Periodistas de Cataluña acaba de conceder su premio de este año a Bertha M. Yebra, fundadora hace más de medio siglo de la revista Popular1 junto a su marido, el fotógrafo José Luis Martín Frías (que en la época firmaba como Martin J. Louis). Es un detalle que la sociedad reconozca los logros de sus miembros más díscolos o excéntricos, aunque suelan ser los que más contribuyen a hacer del mundo un lugar más entretenido e insólito de lo habitual.

Bertha ha sido una periodista muy especial, y no sé si ésa es la mejor manera de describirla. De hecho, la vida de esta mujer ha estado consagrada a su principal pasión, la música pop, ejerciendo más bien de musa y de imagen de su revista que de redactora canónica de una publicación. Bertha ha sido (y sigue siendo, en cierta medida, el rock hecho persona, aunque del día a día de Popular 1 se encargue actualmente su hijo César) la cara visible de un mensual con una extensa base de fans que le ha permitido sobrevivir durante décadas, mientras otros (los más moderniquis y culturetas), como Star y Disco Exprés no llegaron vivos a los años 80. Pasé por esas revistas y lo pasé muy bien, pero nunca conseguimos tener un lector tan fiel como el del Popu (que es como lo conocen sus huestes de lectores, que son como una secta, pero en el buen sentido de la palabra).

Barcelonesa de buena familia, Bertha se dedicó de adolescente a la danza clásica antes de conocer a Martín Frías y darse cuenta de que había una manera de monetizar su pasión por el rock & roll. Enseguida se convirtió en la imagen de Popular 1, en cuyas páginas aparecía siempre en compañía de sus estrellas favoritas, como si les diera la bienvenida a España. No sé con cuanta gente chachi se habrá cruzado esta mujer a lo largo de su vida pero, en cualquier caso, José Luis siempre parecía estar ahí para inmortalizar el momento. Bertha no escribía o retrataba el rock: era el rock, y sabía posar con desconocidos como si fueran los integrantes de su propia banda de acompañamiento.

Piensen en cualquier nombre ilustre del firmamento pop y se lo encontrarán retratado junto a Bertha durante la entrevista que ésta le hacía para el Popu. Hace un par de años, cuando le comenté que estaba traduciendo las memorias de Phil Manzanera, el guitarrista de Roxy Music, no tardó en enviarme una foto del músico junto a ella en 1973 o 1974.

Extraña, pero eficaz, mezcla de periodista y groupie platónica, Bertha fue en España el rock & roll hecho carne. Por sus memorias, de reciente publicación, desfila un contingente interminable de figuras del pop, con algunas de las cuales llegó a trabar genuina amistad, como fue el caso de la difunta Nico, musa de The Velvet Underground.

En nuestro país, los premios periodísticos suelen entregarse a personas (consideradas) serias, ignorando a gente que ha ido más por libre y sin moverse de unos acogedores márgenes. De ahí que me alegre especialmente el galardón que le ha caído a Bertha, rock & roll girl por excelencia y una de los nuestros, seamos nosotros quienes seamos.