Jordi Turull, secretario general de Junts Europa Press
Tras una nueva estrategia fracasada en el Debate de Política General, Junts pretende ahora pasar a la acción contra los Comuns en el Parlament aprovechando la dificultad que atraviesan el Govern y sus socios para negociar los presupuestos, que ya van fuera de plazo. Un nuevo plan de los de Carles Puigdemont y Jordi Turull encaminado a ahondar en el victimismo que marca el discurso de la formación posconvergente pese a sus siete escaños decisivos en Madrid.
La lógica, no obstante, ha dejado de ser la del procés. En Junts saben que en la Cataluña de 2025 van a tener que hacer algo más para ser protagonistas en el hemiciclo catalán, un estatus que mantienen en la presente legislatura como líderes de la oposición, pero que el auge de Aliança Catalana pone en jaque. Es por eso que también propondrán al Parlament que se baje el IRPF y que se supriman los impuestos de sucesiones y donaciones. Dos tributos que, por cierto, aprobó el Govern de Quim Torra durante la pandemia.
En cualquier caso, Junts lo que quiere y necesita es pintar algo. Abandonar la irrelevancia a la que le condena la mayoría progresista actual del Parlament. Y constituirse como una opción de gobierno que, por ahora, con una oposición floja, oportunista y sin liderazgos definidos, no proyecta. La vuelta de Puigdemont lo cambiará todo. Y el papel que el todavía prófugo quiera jugar determinará si Junts quiere mirar al futuro o sigue anclado en el pasado.