Lluis Mont, presidente de Salut Pel Català

Lluis Mont, presidente de Salut Pel Català SIMÓN SÁNCHEZ Barcelona

Examen a los protagonistas

Lluís Mont

Publicada
Actualizada

Garantizar que los funcionarios o trabajadores públicos atiendan a los ciudadanos en cualquiera de los dos idiomas oficiales en Cataluña no solo es una exigencia legal, sino que es un requisito razonable.

Lo que ya no es tan razonable es que en una situación de falta de médicos -como ocurre en esta comunidad- haya voces que presionen para que la administración sea inflexible a la hora de exigir que los facultativos -la mayoría procedentes de países sudamericanos- acrediten el nivel C1 (el segundo más alto de los seis niveles) con inmediatez.

Eso es lo que ha planteado el responsable de la plataforma Salut pel Català, Lluís Mont, en una entrevista con este medio. Hay que ser “muy rígidos” en exigir ese C1, ha insistido.

Y ha apelado a un argumento tramposo: “La falta de personal sanitario pasa en todos los países europeos, y a nadie se le ocurría que va a ir a Alemania a trabajar y no aprender alemán".

No se trata de no aprender catalán, sino de hacerlo para entenderse, no para trabajar prácticamente como filólogo o periodista.

Lo cierto es que el C1 de catalán es un nivel absurdo para ejercer la medicina. Como también lo sería si se exigiera el mismo nivel en castellano (probablemente muy pocos profesionales médicos aprobarían un examen de C1 de español, por lo que ninguna administración lo exige).

En cambio, sí es razonable requerir que los médicos atiendan (es decir, entiendan) en cualquiera de los dos idiomas oficiales. Y para ello bastaría con exigir un nivel básico (A2), que se podría acreditar en unos meses, y no en varios años, como ocurre con el C1.

Sin embargo, posiciones como las del doctor Mont y la plataforma Salut pel Català priorizan la lengua a la salud.