Lluc Salellas, alcalde de Girona, en una imagen de archivo

Lluc Salellas, alcalde de Girona, en una imagen de archivo Kike Rincón Europa Press

Examen a los protagonistas

Lluc Salellas

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Luís García Montero no es el único personaje inoportuno de la semana. ¿Qué me dicen de Lluc Salellas, alcalde de Girona? La ciudad se prepara para celebrar las fiestas de su patrón, San Narciso, y al hombre no se le ocurre nada mejor que anunciarlas con un cartel en el que figura la célebre expresión "Desde el río hasta el mar", que, como todo el mundo sabe proviene de Hamás y señala a la eliminación total y absoluta del estado de Israel.

De la misma manera que el poetastro (o sea, astro de la poesía, insisto, no vayan a detectar intenciones malévolas en mi definición) la emprende con el director de la RAE justo antes de la celebración de un Congreso Internacional de la Lengua Española, Salellas se pone en modo propalestino radical justo cuando se ha alcanzado un alto el fuego en Gaza y la población va a dejar de ser machacada por las tropas de Benjamín Netanyahu. Premio a la Inoportunidad 2025: ex aequo para García Montero y Salellas.

Aunque ahora va de independiente, Lluc Salellas (Gerona, 1984) formó parte de la CUP durante muchos años. El partido se enfadó con él cuando se lanzó a desokupar edificios okupados en su ciudad y a dejar de hacerse el alternativo en general. Como todos los indepes, sabe que, desde la aplicación del 155, su capacidad de maniobra se ha reducido bastante, así que ha optado por la salida habitual, que también practican en Junts y ERC y que consiste, básicamente, en chinchar lo que se pueda, siempre con prudencia para no acabar en el talego, eso sí.

En ese sentido, es muy significativa su manera de aplicar la orden judicial que le obligaba a colgar el retrato del rey en el ayuntamiento de Girona. Para evitar que dicho retrato tuviese el tamaño de un sello de correos (travesura ya llevada a cabo anteriormente), el requerimiento decía que el cuadro debía ser de gran tamaño y ponerse en un lugar destacado, para que todo el mundo pudiera verlo. ¿Qué hizo entonces el ingenioso señor Salellas? Pues colocar un retrato del rey que, visto de cerca, resulta que está hecho a base de montones de pequeñas fotos de la terrible represión española del 1 de octubre. Mientras la justicia decide si el bromazo de Salellas cuela o no cuela, el retrato sigue ahí colgado, aunque no sé si ha cumplido sus objetivos. Si te acercas mucho, puedes disfrutar de las imágenes reivindicativas, pero si observas el cuadro de lejos, lo único que ves es un gran retrato del odiado Felipe VI.

Lo del cartel propalestino (¿o, directamente, pro Hamás?) es otra travesura del señor alcalde, otra gamberrada: no dejes que la realidad te arruine un gran titular. De momento, no habrá más muertos en Gaza. Llegas tarde con tus reivindicaciones, más aún que la flotilla de Ada Colau. Pero tú, erre que erre, sigues optando por la destrucción del estado de Israel. Girona te votó, como Gaza lo dejó todo en manos de Hamás. Pero, realmente, ¿no tienes nada mejor de qué ocuparte que fomentar el mal rollo hacia el rey y adoptar los lemas de un grupo terrorista?

Me han dicho que las calles de tu ciudad están llenas de basura, amigo Lluc. ¿Por qué no pillas una escoba y te pones a barrer?