Israel Molina, responsable de la Unidad de Medicina Tropical y Salud Internacional del Hospital Vall d'Hebron
El mosquito tigre campa por Cataluña y, entre las múltiples consecuencias que acarrea su picadura, se encarga de propagar la enfermedad del dengue. Una infección para la que se va a poner cortapisas, como el proyecto Den-Aut, coordinado por la Unidad de Medicina Tropical y Salud Internacional del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Universitario Vall d’Hebron.
El dispositivo se implementará en diez centros de atención primaria (CAP) de Barcelona e Israel Molina, responsable de la Unidad de Medicina Tropical y Salud Internacional del Hospital Vall d'Hebron, será el encargado de coordinar esta prueba piloto que formará a los profesionales de la salud para fortalecer el sistema de prevención y evitar males mayores en la población de Cataluña.
Ya el año pasado hubo ocho casos diagnosticados de dengue en Vila-seca (Tarragona), así que se aplicará un protocolo para que las muestras de los posibles contagiados pasen directamente a los laboratorios de referencia y se alertan a las agencias de salud pública.
Este programa se adelanta a una posible proliferación del dengue autóctono, que no guarda relación con las zonas de origen, que en la comunidad autónoma registró su primer caso en 2018. Con los ocho contabilizados el año pasado, hay margen para no llegar a las cifras de Francia o Italia, donde hubo 85 y 213, respectivamente, durante ese período.