Clint Eastwood (iz) y Lalo Schifrin (d)

Clint Eastwood (iz) y Lalo Schifrin (d) PATRICK FALLON / ZUMA PRESS / CONTACTOPHOTO / Europa Press

Examen a los protagonistas

Lalo Schifrin

De Buenos Aires a Hollywood 

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Uno de los momentos más felices de mi infancia es cuando escuchaba la sintonía de Misión Imposible y sabía que empezaba un nuevo episodio de la que era una de mis series favoritas por aquellos tiempos lejanos. Se me quedó grabado el nombre del compositor, Lalo Schifrin (Boris Claudio Schifrin, Buenos Aires, 1932 – Los Ángeles, 2025), pero tardé lo mío en saber más de él.

Ahora que nos acaba de dejar, su historia personal ha salido más o menos a la luz, y constituye un pedazo de historia, la de un chaval argentino que empezó a tocar el piano a los seis años (con Enrique Barenboim, padre del famoso Daniel), que en los años 60 tocaba con Dizzy Gillespie y ejercía de arreglista de Xavier Cugat y que, pese a una larga carrera como compositor de jazz y bossa nova, ha pasado a la historia por su trabajo para el cine y la televisión.

Lalo Schifrin puso música a series como Misión Imposible, Mannix (otra serie clave de mi infancia) o Starsky & Hutch. En el cine, nos dejó bandas sonoras para Bullit, Cool hand Luke o Harry el sucio. Si lo que más recuerda la gente es el tema de Misión Imposible, ello se debe a que es una de las piezas más ingeniosas y definitorias de toda la historia de la televisión. Schifrin había entendido a la perfección de qué iba la propuesta y la ilustró de manera más que brillante.

Era un tema rápido, trepidante, que te ponía en situación antes de empezar el episodio de cada semana. Tom Cruise no pudo prescindir de él en sus largometrajes sobre Ethan Hunt y sus compadres, aunque, siendo una estrella, varió ligeramente el concepto de Misión Imposible, que en la tele era una labor de equipo y en el cine, una exaltación del héroe solitario que parece soportar de mala gana a sus ayudantes (nada que objetar de las misiones imposibles del señor Cruise: la saga es espléndida; simplemente, el parecido con la serie original es pura coincidencia).

Fíjense si será bueno el tema de Misión Imposible que hasta sobrevivió a una versión de U2 en la primera entrega de la serie, dirigida por Brian de Palma. Probablemente es injusto que se recuerde al señor Schifrin principalmente por la sintonía de Misión Imposible, marginando su trabajo con Gillespie, Cugat y su amigo Astor Piazzola, por no hablar de sus propias composiciones, que hasta incluían una sinfonía dedicada a la Argentina, pero así es la vida y siempre es mejor que te recuerden por algo que no te recuerden por nada.

Fallecido a los 93 años de edad en Los Ángeles, Lalo Schifrin se había convertido en uno de esos personajes que nadie sabía muy bien si estaba vivo o muerto. La reacción de la prensa ha sido la típica de quien recuerda de repente lo importante que fue alguien para él y se lanza a explicárselo al mundo. Que es lo mismo que yo estoy haciendo aquí.