
El presidente del Banco Sabadell, Josep Oliu
Si algo ha demostrado el Banco Sabadell en los últimos 12 meses es que todo lo acontecido en torno a la OPA hostil del BBVA no ha impactado de forma negativa en su rendimiento. Al contrario, los números indican que aquellos mensajes iniciales de la cúpula de la entidad, dirigidos a los trabajadores y directivos para que dieran lo mejor de sí en adelante, han calado y, además, de manera muy honda.
Y no sólo en ellos. El baño de masas que el presidente del banco, Josep Oliu, se dio en la última junta de accionistas, con motivo del regreso a la sede histórica de Sabadell, fue todo un síntoma de que el mensaje también ha llegado a los llamados grupos de interés. A las patronales, grandes y pequeñas; a las pymes, pequeñas y medianas; a los clientes, a los ciudadanos en general.
Lejos de despistarse ante la lucha abierta por su control, el Banco Sabadell mantiene con firmeza sus objetivos para el año, como ha plasmado en unos resultados del primer trimestre que, además, han llegado con sorpresa añadida para los socios.
La capacidad de la entidad para generar capital de forma recurrente, gracias a la evolución del negocio tradicional, sin elementos regulatorios extraordinarios, hace posible una nueva revisión al alza de la remuneración para este año.
Trimestre a trimestre, el Sabadell confirma que no iba de farol cuando su consejo rechazó el acercamiento inicial, de carácter amistoso, del BBVA por considerar que la contraprestación infravaloraba de forma notable el potencial del banco. Los mensajes contundentes siempre son adecuados a la hora de defenderse de una operación hostil como esta OPA. Pero mucho más si se basan en hechos igual o más demoledores.