Juan Carlos Monedero

Juan Carlos Monedero

Examen a los protagonistas

Juan Carlos Monedero

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Podemos, el club de los rijosos

Creo que Podemos debería haberse llamado Follemos, ya que poder, lo que se dice poder, no pudieron, pero la política permitió a tres tirillas como Iglesias, Errejón y Monedero intercambiar fluidos con unas cuantas señoritas que, probablemente, los habrían despreciado cuando solo eran unos penenes de segunda fila.

El problema llegó cuando los dos últimos fueron pillados dedicándose al abuso sexual; ellos, que presumían de feministas y de hombres nuevos y en absoluto tóxicos.

Primero cayó Íñigo, que ya está prácticamente cancelado, y ahora le ha llegado el turno a Monedero, quien sigue negando las acusaciones y achacándolas a las ganas de hacerle daño (cuando ya se lo hace a sí mismo ejerciendo de fan de Nicolás Maduro: corren unas imágenes de nuestro hombre tomadas en Venezuela en las que se le ve bailando feliz en un escenario junto al infame Nicolás Maduro que te ponen los pelos como escarpias).

Pablo Iglesias también ha disfrutado de la erótica del poder, pero lo ha hecho con un poco más de discreción y de no abusar de nadie. Lo suyo era romper con una novia del partido y enviarla al gallinero del parlamento, echarse una nueva novia y nombrarla ministra y cosas así (lo del casoplón después de despotricar de la casta fue de traca, eso sí. Uno pensaba que esos dispendios solo se los permitían los políticos de la derechona).

Por el contrario, a Errejón y Monedero nunca les hemos conocido novias y parece que ejercían simplemente de rijosos profesionales: a Monedero (Madrid, 1963) lo acusan de propasarse con amigas y militantes y de recurrir a argucias tan burdas como el abrazo en el hombro en el que la mano acaba descendiendo hasta el trasero. Será cutre el tío.

A mí el tipo ya me parecía despreciable desde antes de que lo trincaran por meter mano sin consentimiento. Recuerda, Juan Carlos, ¡solo sí es sí! ¿Te suena de algo? Como también me parece despreciable la actitud de su partido, que ya fue informado de sus actividades en 2016 y no hizo nada al respecto. Luego le despojaron de funciones, pero de puertas adentro, pues aún estamos esperando un comunicado al respecto.

Es muy triste que a una gente que pretendía representar a una nueva izquierda se la pille haciendo el cafre de esta manera. Y aún lo es más que las mujeres con poder en Podemos, como Ione Belarra o Irene Montero, miraran hacia otro lado mientras sus chicos se portaban mal.

Hace ya tiempo que da la impresión de que Podemos no va a ningún parte, pero es posible que las discutibles actividades del señor Monedero (y del señor Errejón, pese a su entrañable parecido con el Milhous de los Simpson) le pasen una factura que no haya manera de pagar.

Son los problemas de meterse en política para ver si así se liga. Nos dijeron que venían a cambiar la situación y lo única situación que querían cambiar era su penosa actividad sexual.