La histórica guerra entre los hospitales Vall d'Hebron y Sant Joan de Déu, los de referencia en el cuidado a niños y bebés muy enfermos, prende de nuevo. En esta ocasión, a cuenta del cierre de parte de la uci neonatal del centro sanitario del Instituto Catalán de Salud (ICS), que ha ajustado un 20% su capacidad por falta de demanda.
Eso sí, los críticos alertan de que la natalidad no cae tanto, y que otra uci, la de Sant Joan de Déu, "está llena".
En esta pugna ha caído Albert Salazar, el gerente de Vall d'Hebron, que debe pelear por el mantenimiento de la máxima actividad en este excelente servicio, contra algunos elementos.
Salazar, que llegó a ser cuestionado por ERC en el Govern cuando trascendieron los recortes presupuestarios de los republicanos -como avanzó Crónica Global-, se mantiene con el nuevo equipo en la Consejería de Salud.
Sin embargo, tiene una posición difícil, pues debe congraciarse con una cúpula que no le fichó y, a la vez, defender a una de sus unidades estrella de la caída de actividad o derivación desleal, según las fuentes.
Son aguas traicioneras que el alto mando deberá navegar con cautela.