Andreas Oberoi
El Hotel Arts de Barcelona, que debería ser el mejor alojamiento de Barcelona por ubicación -el Frente Marítimo- y marca -Ritz-Carlton, la mejor de Marriott- no encuentra el tono. El cinco estrellas de gran lujo ha fulminado a Andreas Oberoi, director general, por irregularidades en la gestión de la reforma integral.
Con ello, el exdirectivo de Trump Hotels paga el retraso en la rehabilitación integral, quizá la mayor inversión en hotelería de lujo de la Ciudad Condal. Oberoi se marcha dejando la intervención a medias, y sin haber logrado desbloquear tampoco la marina de lujo que proyecta el alojamiento en el Frente Marítimo.
Pero la responsabilidad de estos proyectos no recae en el operador, Marriott, que cuenta con una sólida estructura en España y Europa, sino en la propiedad. GIC, el fondo soberano de Singapur, y que es dueño del rascacielos, parece no saberse desempeñar con eficacia en la Ciudad Condal.
No maneja los tiempos ni las expectativas con rigor, y ello se lo hace pagar a la explotadora del negocio. Con ello, el Arts proyecta una sensación de interinidad constante. A diferencia de otros establecimientos turísticos de superlujo, que han consolidado producto, servicio y oferta gastronómica, el hotel-torre vive cambios continuos, y no termina de concretar y consolidar sus proyectos, o los acomete tarde.
Andreas Oberoi, pues, es la última víctima en esta errática trayectoria. Falta por saber si su sustituto podrá enderezar el rumbo.