Antoni Castells
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A veces, basta con seguir el protocolo. El Hospital Clínic de Barcelona lidió ayer con una alerta de fiebre hemorrágica Crimea-Congo (FHCC), cuyos síntomas detectó a un paciente estadounidense el pasado viernes.
El mejor hospital catalán procedió a aislar al enfermo, trasladarlo a vigilancia intensiva, desinfectar el box donde había estado, tomarle muestras de sangre y enviarlas al Instituto de Salud Carlos III, referencia en el combate de esta enfermedad vírica.
La clínica del paciente y sus antecedentes indicaban que podía tratarse de un episodio de una dolencia que ya ha arraigado en España, y que si complica puede llegar a ser mortal, tal y como se acaba de comprobar tristemente en la Comunidad de Madrid.
Tras horas y días de angustia, el resultado de los test PCR fue negativo: el paciente no sufre FHCC. Por el camino, se ha demostrado que el protocolo contra esta infección endémica funciona, y el Clínic ha conseguido continuar funcionando a pleno rendimiento.
Se trata de buenas noticias -para el paciente y su familia- y para el centro sanitario, que ha actuado con nota ante una situación nueva y en pleno ajuste presupuestario por la incapacidad del Govern de aprobar los presupuestos de 2023.