Eduard Escolà
El colectivo Revolta Pagesa se ha constituido este lunes como Gremio de la Payesía catalana. El sector ha dicho basta y, aunque había pasado a un segundo o tercer plano informativo desde la gran movilización de febrero, los payeses han regresado con fuerza para exigir unos mínimos a la Administración. Para empezar, estarán más unidos y mejor representados que nunca.
Sus peticiones son variadas, pero se centran en tres puntos básicos, que aglutinan 57 propuestas: ayudas, plan de sequía y exceso de burocracia. También exigen que se priorice el producto local y se realice una "mayor supervisión" de los productos importados, así como una disminución de los impuestos asociados a la energía utilizada en el sector agroalimentario.
Todos estos puntos, que trasladan tanto a la Administración española como a Europa a pocos días de las elecciones comunitarias, los defienden los payeses casi de forma unánime, porque "la Unión Europea no es consciente de la situación asfixiante" que vive el sector, según los portavoces de Revolta Pagesa, entre los que se encuentra Eduard Escolà.
De todos modos, cabría buscar una alternativa de protesta, pues cortar de forma recurrente una infraestructura capital para la economía del país como la AP-7 no ayuda demasiado a nadie.