Carlota Pi
La llegada a un juzgado mercantil de los NFT oficiales de Ronaldinho ha aflorado la existencia de un grupo de empresarios catalanes afincados en Andorra pero con intereses en la economía española. En el caso de los avatares, los denunciantes aseguran que hubo mala praxis, algo que el juez decidirá.
En paralelo, los demandantes preparan otro escrito, en este caso una querella criminal, contra el mismo grupo por la emisión de los tokens SHI.
Asimismo, desde el entorno de las denuncias -una presentada y otra en ciernes- se recuerda que la comercializadora eléctrica HolaLuz se acercó a una agencia de comunicación andorrana participada por uno de los directivos: Marc Torras, hijo del empresario inmobiliario Manel Torras, catalán reubicado en Andorra.
Torras hijo no sólo era business strategist de la empresa de comunicación de Holaluz, sino que también era socio, insisten las mismas fuentes. Cuestionables compañías para una comercializadora eléctrica que prometió hacer las cosas diferentes.