Anna Fontquerni, gerente del SEM, en una fotografía anterior
Anna Fontquerni
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Anna Fontquerni es una profesional muy valorada en el sector de las emergencias. Se valora su eficiencia y dedicación, amén de su trayectoria en el Sistema de Emergencias Médicas (SEM), la empresa pública que gestiona este servicio en Cataluña.
Pero el SEM ha sido incapaz de concretar una de sus externalizaciones básicas: las ambulancias. Ha hilvanado un cuidadoso concurso destinado a concretar la adjudicación. No ha podido. Sendos recursos de la patronal han desbaratado sus intenciones. Primero, retrotrayendo el concurso. Ahora, suspendiéndolo.
Como consecuencia, una licitación que debería estar finalizada en junio de este año, se demora a otoño. Y con ello, se pone en peligro la flota del concurso anterior, que se remonta a 2015.
El desaguisado es responsabilidad de Fontquerni. La alto mando, por profesional y valorada que sea, que lo es, debe asumir el coste político de no haber cerrado el procedimiento. Porque ahora, el Govern actual lo trasladará al siguiente, que tomará posesión con el embrollo sobre el despacho.
El sistema sanitario catalán no debería esperar, o no debería haber esperado. El SEM ha intentado cumplir con la red asistencial. No ha podido. Es la hora de las responsabilidades.
