Sol Daurella, presidenta de Coca-Cola European Partners
Sol Daurella
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Los relevos en cargos de relevancia de grandes empresas son siempre delicados y la dirección financiera no es una excepción. Al contrario, después de una etapa de expansión y crecimiento orgánico e inórganico, con voluminosas operaciones corporativas, como ha sido el caso de Coca-Cola European Partners, este área es particularmente relevante por la necesidad de digerir de forma adecuada el proceso y evitar escenarios de tensiones con los mercados financieros mientras llegan los resultados de los movimientos.
En este caso, la maniobra en la principal embotelladora del gigante estadounidense de los refrescos ha sido ejemplar. Tanto por su rapidez, poco más de dos meses desde el anuncio de la marcha de Nik Jhangiani, como por el proceso de promoción interna que ha deparado la designación del controller Ed Walker como sustituto.
Una decisión que, además de suponer un reconocimiento a un ejecutivo que conoce a la perfección la compañía, dado que está presente desde la fusión que dio lugar a su creación, también representa una medida que reduce los riesgos siempre inherentes a contratar a un alto ejecutivo de fuera, que precisa de cierto tiempo para adaptarse y conocer en profundidad la empresa.
La medida avala la labor del consejo que lidera Sol Daurella, reflejada también en los resultados logrados trimestre a trimestre, en unas guías de mercado frecuentemente revisadas al alza y una cotización que acumula revalorizaciones superiores al 15% en los últimos 12 meses y al 36% en los últimos tres años.
