Ana Valdovinos
El rechazo de Ticketmaster a cambiar de nombre la entrada de un concierto a una mujer a la que, después de comprarla como titular, se le ha detectado un cáncer, ha generado indignación en las redes sociales. Y no hay para menos, vista la falta de empatía y diligencia de dicha empresa ante una situación como esta. Máxime cuando la afectada, tal como informó Consumidor Global, argumenta que tiene programada una cita médica justo la misma semana en el que se celebrará el recital en cuestión, de la artista norteamericana Taylor Swift.
Tras su negativa inicial, Ticketmaster ha esgrimido como argumento que la responsabilidad y la decisión es del promotor del espectáculo, Last Tour, que ellos no tienen autoridad al respecto, y que harán lo posible para intentar solucionarlo. Una justificación decepcionante, y que sólo puede contribuir a empeorar su reputación y su imagen.
La empresa dirigida por Ana Valdovinos debería mostrarse más diligente y flexible ante casos como este. Y ofrecer soluciones rápidas y realmente efectivas.