El juez Álvaro Lobato, titular del Juzgado Mercantil número 2 de Barcelona, ha dictaminado el futuro de Celsa tras un concienzudo examen de las reclamaciones de la siderúrgica, en manos de la familia Rubiralta, y los fondos acreedores. Aunque el juicio sobre Celsa terminó en julio, el magistrado descartó una sentencia rápida y se tomó su tiempo para resolver un caso complejo por su magnitud económica.
Además, sus consideraciones sobre los planes de reestructuración, el novedoso instrumento de la reciente ley concursal, marcarán el camino para la recta interpretación de este instrumento de negociación entre deudores y acreedores.