Xavier Sala i Martín
La instrumentalización política de la lengua catalana como arma arrojadiza está poniendo en evidencia la intolerancia y la doble vara de medir del secesionismo en Cataluña. Una de esas muestras de totalitarismo la vimos, sin ir más lejos, la semana pasada con la reacción brutal e implacable de la Generalitat y de parte de su entorno asociativo y mediático contra una enfermera andaluza por el simple hecho de quejarse en un vídeo de sus exigencias lingüísticas para poder opositar en la autonomía. Un linchamiento desmedido e inadmisible que, curiosamente, choca con el posicionamiento que algunos de los referentes del procés mantuvieron en el pasado sobre esta cuestión. En concreto, su economista estrella, Xavier Sala i Martín, del cual ha trascendido que en 2010 se quejaba de que le pidieran sacarse el nivel C1 de catalán --el mismo que se exige a las enfermeras para tener plaza fija-- para poder ser profesor universitario en Cataluña.
No le faltaba razón a Sala i Martín, que para razonar su rechazo aludía a argumentos tan de libro como que esa "barrera lingüística" (sic) perjudica la calidad del sistema educativo al impedir acceder, por ejemplo, a profesores excelentes que no tienen ese nivel; y que, por tanto, supone una traba para la captación de talento. Sería interesante saber qué opina ahora, 13 años después, este mediático economista. ¿Sigue pensando lo mismo, o también está en la línea de la imposición del monolongüismo en catalán tan del gusto de los mandatarios nacionalistas?