Las bromas hispanófobas y las muestras de odio del programa Zona Franca de TV3 podrían estar llegando a su fin. Tras más de medio centenar de ediciones, la dirección de la televisión pública de la Generalitat parece decidida acabar con los malos modos y las ofensas de un programa que, bajo el disfraz del humor y la transgresión, propaga un notable sectarismo nacionalista y el desprecio a quienes no lo comparten.
Su presentador, Joel Díaz, anunció ayer su dimisión al considerar "injusto e inaceptable" que TV3 haya apartado a su colaborador Manel Vidal después de que éste tildara de nazis a los votantes y representantes del PSC en su edición del pasado martes. Un cese que, casualmente, se produjo la misma semana en que un anunciante decidió dejar de patrocinar tal espacio.
Díaz y Vidal recurren ahora al victimismo --y a los insultos, en el caso del segundo-- para expresar su indignación por la intervención de la dirección de TV3 que, todo sea dicho, no ha prescindido del programa en cuestión, sino que lo está estudiando. Sería aconsejable que estos dos supuestos humoristas tuvieran presente uno de los principios de su oficio: si las bromas que uno hace no te parecen divertidas cuando se refieren ti, es que el chiste no sirve. Hagan la prueba cambiando las palabras "España" --y sus instituciones y símbolos-- o "PSC" de varios de sus gags por cualquier otro sujeto que sí les agrade y obtendrán la respuesta.