Higini Cierco
Tras seis años de investigación, el Servicio de Prevención del Blanqueo de Capitales (Sepblac) ha concluido que Banco Madrid, filial de Banca Privada de Andorra (BPA) no llevó a cabo operaciones de blanqueo de capitales, al contrario de lo que apuntaban los informes que este organismo remitió en su día al Banco de España. Un hecho que precipitó los acontecimientos hacia una fuga masiva de depósitos que derivó en la intervención y posterior liquidación de una entidad con un balance a todas luces saneado.
Las conclusiones del Sepblac, junto a la decisión absolutoria dictada en su día por los tribunales, vienen a dar la razón a los principales accionistas de BPA, en particular a Higini Cierco y su familia, que han clamado justicia desde el primer momento y que han visto cómo la han obtenido pero demasiado tarde. Una circunstancia que ha terminado con un próspero negocio que se hizo hueco en su día de forma notable entre los altos patrimonios de una plaza tan complicada como Madrid. Un resarcimiento moral que, obviamente, no será suficiente para los Cierco, que siguen luchando en los tribunales por una más que justa compensación desde el punto de vista económico.