Carolina Darias
El papel de la Unión Europea y de todos los estados miembros al dar altavoz y maximizar los posibles efectos nocivos de la vacuna de Astrazeneca contra el Covid ya fue en su momento digno de censura. Ahora, se incide en el error con los mensajes confusos que se lanzan sobre la oportunidad o no de completar la pauta de inmunización a los ciudadanos que han recibido una primera dosis de la fórmula desarrollada en Oxford con la de otra farmacéutica. Además de los efectos secundarios a los que deberá hacer frente la Administración, como un alud de demandas judiciales.
Se debe reconocer que el único objetivo es que todos ellos reciban lo antes posible la inmunidad casi total frente al virus, pero no se debe olvidar que los efectos secundarios malos son mucho menores que los problemas que genera el coronavirus. Si se busca preservar la salud pública de los europeos y avanzar hacia la inmunidad de grupo, se deberían dejar otros intereses aparcados.