Isabel Medina Peralta, en el acto de homenaje a la División Azul / YOUTUBE

Isabel Medina Peralta, en el acto de homenaje a la División Azul / YOUTUBE

Examen a los protagonistas

Isabel Peralta, joven falangista

21 febrero, 2021 00:00

Fascista, pero sexy

Vivimos en un mundo político cada vez más viejo. Por si no teníamos bastante con Vox y Podemos, partidos congelados en los años 30 del siglo XX, ahora parece resurgir la Falange. Hace unas semanas nos enteramos de que la hija de Almudena Grandes y Luís García Montero les había salido joseantoniana, y el otro día, gracias a una manifestación en Madrid para rendir homenaje a la División Azul, descubrimos a la nueva mascota del facherío nacional, una chica muy atractiva de dieciocho añitos de edad que es tan rancia que sigue insistiendo en la vieja teoría de que los judíos son los culpables de todo lo malo que pasa en este mundo.

No sé que habría dicho Pilar Primo de Rivera de esos labios pintados de color rojo sangre, pero la niña es muy mona y asegura ser fascista y socialista (o sea, nazi) desde los trece años, sintiendo especial predilección por Ramiro Ledesma a la hora de elegir un referente falangista. Es un misterio incomprensible que una muchacha de dieciocho años se sienta como se siente Isabel, pero eso es lo que hay y ella se acoge a su derecho a la libertad de expresión, por lo que todavía no hay manera de aplicarle la vía Hasél para la desactivación de majaderos con mala baba. Ella ya se lo ve venir, pues afirma que lo más probable es que acabe en el trullo con su manera de ir por la vida. De momento, ya ha conseguido que su padre --un ex falangista pasado al PP-- la eche de casa, que la despidan de su trabajo como comercial y que le cierren la cuenta de Twitter. No está mal para haber acabado de saltar al candelero convirtiéndose en la musa de una pandilla de fachas que, afortunadamente, no parecen representar ningún peligro para la sociedad que los acoge: el peligro está en Vox (y en Podemos), pero Isabel ya ha dicho que Vox le da asco y que ella está muchísimo más a la derecha, en la zona que bordea la locura (eso lo digo yo).

Que una chica con pinta de concursante de algún reality show de Tele 5 sea la imagen más rutilante de la mega extrema derecha --una especie de Marianne para fachas-- resulta francamente insólito. Lo de ser fan de Hitler y negar el Holocausto son clásicos de su género (histórico, no sexual). Puestos a ponerle algún pero, yo le diría que el antisemitismo nunca fue una especialidad de Falange --sé de lo que hablo: mi tío Rafael fue uno de los fundadores, y lo pagó siendo asesinado por los anarquistas en el Parque del Retiro madrileño en 1936--, aquella confusa mezcla de fascismo y socialismo que no tenía gran cosa que ver con los nazis, aunque mucha gente los meta a todos en el mismo saco.

Falange ha dado de todo. Hasta a un personaje fundamental de la Movida como Fernando Márquez, cantante del grupo La Mode (aunque si Isabel es del sector Ramiro Ledesma, el Zurdo siempre militó en la inexistente facción Bryan Ferry). Isabel es la última recluta y, dada su edad, cabe la posibilidad de que se le pase la tontería en un par de años y acabe optando por los realities de Tele 5. De momento, ya tenemos a otra friki rancia que sumar a los Iglesias y los Abascales que sufrimos a diario. No es una buena noticia, pero tampoco parece revestir una gravedad excesiva. Veremos.