María José Segarra
La respuesta de la fiscal general del Estado al desorden que se ha producido en las cárceles catalanas durante la estancia de los procesados por los hechos del 1-O está totalmente justificada. Las visitas de todo tipo a los recluidos se han generalizado de tal manera que algunos periodistas preguntan a sus entrevistados si ya se han reunido con tal o cual preso con la máxima normalidad. La peregrinación a los presidios se ha convertido en algo parecido a una manifestación política.
María José Segarra también ha reaccionado a las declaraciones de los responsables petinenciarios que, extralimitándose en sus funciones, han opinado sobre si la prisión preventiva es ajustada o no.
Si la Generalitat no es capaz de administrar las cárceles como debe, y aún más en un caso tan grave como este, es lógico que la Administración central tome medidas.