Papa Francisco
El Papa Francisco es claro ante las muestras de amor, aunque estas no concuerden con las estrictas normas católicas. Su defensa de las parejas no casadas y su apuesta por hacerlas partícipes e integrantes de la Iglesia que lidera es un ejemplo más del aperturismo de la institución religiosa que ha defendido desde que fuera proclamado máximo representante de la Santa Sede.
La religión católica se encuentra en un proceso de renovación y adaptación a los nuevos tiempos que conlleva el entendimiento de nuevas decisiones personales. Al final, los pilares más robustos de la Iglesia son los que prevalecen por encima de cualquier opción: el amor, la compasión y la ayuda a aquel que lo necesite. Como por ejemplo aquellos matrimonios que deseen dejar de serlo, a los que la comunidad eclesiástica debe ofrecer “el apoyo necesario” a través de su “escucha y comprensión”, tal como ha dicho el Pontífice.