Francesc Rubiralta lleva el conflicto de Celsa al civet de Luis Conde
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El aún presidente y consejero delegado de Celsa, Francesc Rubiralta, intenta frenar la toma de control de la siderúrgica que fundó su familia por parte de los fondos acreedores dictada por los tribunales. Este ha sido el gran objetivo de la cúpula que aún está al frente de la compañía desde que se iniciaron sus problemas económicos y se mantiene incluso en un momento como el actual, donde la justicia ha dictaminado y el Gobierno ha evitado poner en marcha el escudo antiopa.
Rubiralta aprovecha todas las oportunidades que se le brindan para ello y no dudó en dejarse caer este sábado en el civet de la Fontenta, en el Empordà (Girona), que organiza Luis Conde. Se estrenó en un evento social que, en esta ocasión, reunió a más políticos que empresarios, según los presentes. De todos los perfiles, desde el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños; la ministra de Transportes, Raquel Sánchez; o el líder de la oposición en Cataluña, Salvador Illa; a los consejeros de ERC Roger Torrent y Carles Campuzano; pasando por los primeros espadas de Junts, con Jordi Turull y Albert Batet al frente.
En clave española, estuvieron el presidente de Murcia, Fernando López Miras (PP); la secretaria general y portavoz de los populares en el Congreso, Cuca Gamarra; la eurodiputada Dolors Montserrat; o los políticos de Vox Rocío Monasterio e Iván Espinosa de los Monteros, entre otros. También acudieron los expresidentes de la Generalitat José Montilla y Artur Mas.
Rubiralta fue visto en varios corrillos y apartes discretos con los líderes políticos, hecho que generó numerosos comentarios sobre el fin de estos contactos. Y es que, hasta ahora, el dirigente de Celsa no se había dejado ver en el evento. Lo hace la misma semana en que los acreedores han pedido que se acelere el relevo en la cúpula y se inicie el traspaso de poderes con Rafael Villaseca, su hombre fuerte.