¿Marketing policial en el Aeropuerto de El Prat?
Los pasajeros que este viernes hayan pasado por el aeropuerto de Barcelona-El Prat han sufrido en carnes propias las colas de acceso a la infraestructura a raíz de un control de acceso de Mossos d’Esquadra. Ha implicado el corte de cuatro carriles de acceso en la T4, un operativo que se da en casos extremos, y el colapso ha llegado a superar los dos kilómetros a primera hora de la tarde de este viernes.
Los trabajadores de la zona advierten de que se trata de un control que la policía catalana repite en las horas punta. Aseguran que “nunca paran a nadie” y que el principal impacto es sobre el tráfico de acceso al aeropuerto, con pérdidas de vuelos incluidas. Los viajeros deben añadir 15 minutos al traslado habitual y, a veces, esta ventana de tiempo resulta fatal.
Fuentes policiales de otros cuerpos de seguridad del Estado mantienen que los controles en los alrededores del aeropuerto están más relacionados con ofrecer una imagen de seguridad que con detectar delitos. Especialmente los relacionados con el tráfico de drogas, ya que los camellos viajan hasta España y no viceversa.
¿A qué se deben los controles? Se apunta a que se trata de una operación de marketing para que los pasajeros tengan clara la presencia del cuerpo de seguridad autonómico. Controlar los accesos por carretera es una de las pocas consecuencias que tiene el cuerpo. De hecho, ampliar sus atribuciones allí es una de las reivindicaciones de competencias más viejas del gobierno catalán.
Las zonas estratégicas de la infraestructura están en manos de la Policía Nacional y de la Guardia Civil, por lo que Mossos queda relegado a poco más que un equipo de seguridad privada. ¿Será de verdad estos controles estrictos sin consecuencias reales una pura operación de marketing policial?