Vox vuela en business
Vuelo Iberia 701. De Barcelona a Madrid. La gente habla poco a esas horas de la mañana. Sube al avión en silencio. Solo alguno de los pasajeros habla por teléfono explicando todo tipo de vicisitudes profesionales, como si al resto le interesaran.
Entre los pasajeros un diputado. Ignacio Garriga, líder de Vox en Cataluña y candidato a la presidencia de la Generalitat. Sube al avión también en silencio mirando ávido su móvil. Es de los últimos en entrar porque su plaza está situada en la fila tres. En la zona de business. Solo dos personas le acompañan en este espacio del avión. Una le saluda afablemente. Garriga va en la zona prioritaria, y no porque el avión vaya lleno. Hay espacios libres en las primeras filas de turista.
Qué lejos quedan aquellas críticas de los antisistema de extrema derecha con las que calificaban a los diputados de elitistas y de estar alejados de la realidad. Por la boca muere el pez.
El Garriga que se acomoda en su asiento de business es el mismo que pide el cierre de los centros de menores extranjeros no acompañados (menas) y prepara su campaña en Cataluña enarbolando la bandera de la lucha contra la inmigración, dejando la tolerancia como algo reprobable. Mientras se prepara para la contienda, sigue mirando el móvil en su asiento: el 3C.