Torra solo quiere a los medios ‘amigos’
El presidente de la Generaliat, Quim Torra, ha ejercido un liderazgo que sobrepasa lo ideológico desde el Gobierno de la Generalitat hasta el punto de que en muchas ocasiones ha puesto en cuestión la institucionalidad obligada del cargo que ocupa. A las puertas de su inhabilitación, hace de nuevo gala de su sectarismo para divulgar la estrategia jurídica que emprenderá tras la decisión del Tribunal Supremo.
El Ejecutivo ha usado la fórmula del off the record para dar a conocer cuál será el plan de Torra. El vicepresidente primero del Parlament, Josep Costa, y el abogado de Carles Puigdemont, Gonzalo Boye, han sido los encargados de explicar todos los detalles de este plan. Eso sí, han decidido rodearse solo de medios netamente independentistas.
Ni a Torra ni a su equipo le gustan las preguntas incómodas ni las críticas a su gestión, especialmente en lo que se refiere a derivadas del procés. Con todo, no tienen ningún rubor en usar la Generalitat y los recursos públicos que tienen a su alcance como altavoz de lo que ellos mismos consideran que se trata de una cuestión del ámbito personal del presidente catalán.
La obligada fiscalización de los cargos públicos que reclaman para otros no les afecta. Quien sufre, de nuevo, es la institucionalidad de la presidencia de la Generalitat.