Malestar en los Mossos
El malestar en la policía catalana con el Govern va en aumento. El conseller Miquel Buch no se ha reunido con los mandos operativos tras la publicación de la grabación de los incidentes racistas de Manresa, y por el contrario obliga al comisario Eduard Sallent a pedir disculpas por carta. Los mossos se sienten indefensos porque el detenido “era un perla y multirreincidente”.
Los mandos de la policía consideran que la respuesta a este caso no ha sido la adecuada porque “deja a la policía a los pies de los caballos”. Reconocen que se deben ajustar las actuaciones, pero no dejar a “los mossos con pocos incentivos para actuar en casos complejos”. El cabreo con el Govern ha subido un escalón en las últimas horas. En la verbena de Sant Joan, la policía deberá actuar en discotecas en las que “se deje bailar”. Según ha podido saber Crónica Global, que las discotecas abran y que no se baile ha sido una decisión personal de Quim Torra. “Si las abres las abres, y si no quieres que se baile no las abras”, apuntan miembros de la policía catalana.
Nadie duda de que la noche será complicada porque será difícil poner coto a la idea del president, que no ha sido contestada por el conseller Buch, que se ha puesto de perfil. En el Departamento de Salud no dan crédito a la situación, pero prefieren mantener la discreción para no abrir otro frente de polémica. En los Mossos el ambiente se caldea. Baste está frase pronunciada por un mando en un corrillo sobre la prohibición del baile: “Es como ir a un burdel y que no haya prostitutas”. Quizás el símil no es políticamente correcto, pero se entiende todo. Y con razón.