Torra 'huye' de los militares
La misa de la Mercè acostumbra a propiciar imágenes sugerentes en la política catalana. La alcaldesa Ada Colau saluda a las autoridades a la salida porque ella no es practicante y al presidente de la Generalidad acostumbraban a sentarlo rodeado de militares.
Artur Mas, por ejemplo, asistía a misa codo con codo con el anterior "capitán" general, el teniente general Ricardo Álvarez Espejo. En cambio, Torra ha evitado esa imagen gracias a su esposa, Carola Miró, que ha ejercido de "fuerza de interposición" entre el Ejército, encarnado por el sucesor de Álvarez Espejo, el teniente general Fernando Aznar Ladrón de Guevara, máxima autoridad militar de la IV Región e inspector general del Ejército de Tierra, y el presidente de la Generalitat.
También ha habido cambios en el segundo nivel de representación. Los militares han sido desplazados a la tercera fila en favor de los políticos, de modo que el president evita dar la espalda a los uniformados. Ni Mas ni Puigdemont mostraban tales prevenciones en misa tan señalada. De hecho, el vecino de Waterloo no tuvo inconveniente alguno en sentarse al lado de Fernando Aznar Ladrón de Guevara el pasado año, en plena escalada de tensión previa al 1-O. El teniente general estuvo flanqueado por Puigdemont y Joaquim Forn.